JP Morgan Chase debió cuadruplicar la oferta por Bear Stearns

James Dimon, todavía director ejecutivo de BS, quiso malvender el paquete por US$ 335 millones (2,52 por papel). Pero una violenta reacción de accionistas hizo que JPMCh elevara el precio a diez por títulos (alrededor de US$ 1.345 millones).

25 marzo, 2008

“Esto no es una venta, sino un latrocinio. Nuestras acciones valían US$ 70 cada una y por eso acabo de presentar una denuncia contra James Dimon ante la comisión de valores” (Securities & exchange commission, SEC), reveló el sábado Joseph Lewis, otro supuesto mago de las inversiones que –hasta el desagio del martes 18- tenía 1.260 millones en títulos de BS.

Lewis también responsabiliza a la Reserva Federal y su reciente megapaquete para rescatar banqueros agobiados por malas apuestas. Como Dimon, claro. El emisor logró que JPMCh ofreciese una bicoca BS a cambio de garantirle US$ 30.000 millones en liquidez a corto plazo. Por supuesto, gran parte de los 14.000 empleados de BS (cumplió 85 años de existencia) pueden ir a la calle. Pero Benjamin Bernanke (RF) definió a Dimon como alguien que “antepone su sentido del deber a los negocios”. Buen chiste.

Cabe recordar que este banquero es discípulo de Sanford Weill, otra “leyenda” de Wall Street, que impulsó la fusión (1998) de Citibank con Travelers’ Group. Como con una F&A contemporánea –DaimlerChrysler-, bastaron menos de diez años para que entrase en crisis. Hoy, Vikram Pandit intenta salvar la nave Citi. Años después, Dimon presidía Smith Barney y la unió a Salomon Brothers, más tarde víctima de otro virus, el “insider’s trading”.

Pero la memoria de los gurúes es corta cuando se trata de ciertas estrellas. Apenas alcanza para recordar que, en 2000, le dieron el timón de BankOne para sacarlo de apuros. Lo hizo, para variar. Por eso, su nombramiento en Bear Stearns (2005) fue saludado con una ovación en el piso bursátil. Ahora, Dimon mismo compara el derrumbe de BS con “un drama de Shakespeare”. A confesión de parte…

El derrumbe de BS es ya un texto clásico. El 7 de enero, James Cayne es desplazado a la presidencia del directorio y la ejecutiva pasa a Alan Schwartz. El 2 de marzo, éste señala ante accionistas que “la firma tiene liquidez suficiente”. El 14 pide urgente apoyo de la Reserva Federal y JPMCh, porque tenía un agujero de US$ 30.000 millones. Dos días después, este banco aceptó tomar GS por una suma ridícula que cuadruplica el lunes 24.

“Esto no es una venta, sino un latrocinio. Nuestras acciones valían US$ 70 cada una y por eso acabo de presentar una denuncia contra James Dimon ante la comisión de valores” (Securities & exchange commission, SEC), reveló el sábado Joseph Lewis, otro supuesto mago de las inversiones que –hasta el desagio del martes 18- tenía 1.260 millones en títulos de BS.

Lewis también responsabiliza a la Reserva Federal y su reciente megapaquete para rescatar banqueros agobiados por malas apuestas. Como Dimon, claro. El emisor logró que JPMCh ofreciese una bicoca BS a cambio de garantirle US$ 30.000 millones en liquidez a corto plazo. Por supuesto, gran parte de los 14.000 empleados de BS (cumplió 85 años de existencia) pueden ir a la calle. Pero Benjamin Bernanke (RF) definió a Dimon como alguien que “antepone su sentido del deber a los negocios”. Buen chiste.

Cabe recordar que este banquero es discípulo de Sanford Weill, otra “leyenda” de Wall Street, que impulsó la fusión (1998) de Citibank con Travelers’ Group. Como con una F&A contemporánea –DaimlerChrysler-, bastaron menos de diez años para que entrase en crisis. Hoy, Vikram Pandit intenta salvar la nave Citi. Años después, Dimon presidía Smith Barney y la unió a Salomon Brothers, más tarde víctima de otro virus, el “insider’s trading”.

Pero la memoria de los gurúes es corta cuando se trata de ciertas estrellas. Apenas alcanza para recordar que, en 2000, le dieron el timón de BankOne para sacarlo de apuros. Lo hizo, para variar. Por eso, su nombramiento en Bear Stearns (2005) fue saludado con una ovación en el piso bursátil. Ahora, Dimon mismo compara el derrumbe de BS con “un drama de Shakespeare”. A confesión de parte…

El derrumbe de BS es ya un texto clásico. El 7 de enero, James Cayne es desplazado a la presidencia del directorio y la ejecutiva pasa a Alan Schwartz. El 2 de marzo, éste señala ante accionistas que “la firma tiene liquidez suficiente”. El 14 pide urgente apoyo de la Reserva Federal y JPMCh, porque tenía un agujero de US$ 30.000 millones. Dos días después, este banco aceptó tomar GS por una suma ridícula que cuadruplica el lunes 24.

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