Japón: sus bajas tasas le impiden frenar el declive del yen

Fueron años de intervenciones del banco central para que el dólar no bajase demasiado ante el yen. Ahora, el Grupo de los 7 le exige aflojar el corsé, pero hay problemas para una acción coordinada.

6 febrero, 2007

Eso piensa decirle Tokio, en la reunión de esta semana, a los restantes socios. Vale decir, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña. Existe consenso en cuanto que “nuestras tasas tan exiguas reflejan la debilidad del yen”, señala un informe de Sumitomo Mitsui Bank. “Esto no puede modificarlo el G-7, por más debates que se generen”,

La actual política monetaria del Banco de Japón (central) mantiene en apenas 0,25% anual el tipo corto. El contraste no podría ser mayor con el 3,5% anual de la Eurozona, el 5,25% anual de la Reserva Federal o el 5,5% del Banco de Inglaterra.

Obviamente, los inversores de toda laya abandonan el yen usando mejores rindes en cualquier otra parte. Una brecha tan amplia, pues, empuja al yen a valores más bajos contra el euro y, más aún, contra el dólar. No obstante, el piso de ¥ 119.80 del lunes dista de los mínimos de 2006 (inferiores a 115).

De cualquier modo, el G-7 se junta el viernes en Alemania para buscar soluciones. Pero Japón no parece sensible a los planteos “ortodoxos”. Dicho de otro modo, se reconocerá culpable pero no aceptará levar la tasa básica. En realidad, es casi imposible obligarlo y, como otros encuentros del G-7 o el G-8 (los mismos más Rusia), será una reunión social y demostrará que la globalización tiene alcances asaz más cortos que los imaginados por sus admiradores en estas costas.

Eso piensa decirle Tokio, en la reunión de esta semana, a los restantes socios. Vale decir, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña. Existe consenso en cuanto que “nuestras tasas tan exiguas reflejan la debilidad del yen”, señala un informe de Sumitomo Mitsui Bank. “Esto no puede modificarlo el G-7, por más debates que se generen”,

La actual política monetaria del Banco de Japón (central) mantiene en apenas 0,25% anual el tipo corto. El contraste no podría ser mayor con el 3,5% anual de la Eurozona, el 5,25% anual de la Reserva Federal o el 5,5% del Banco de Inglaterra.

Obviamente, los inversores de toda laya abandonan el yen usando mejores rindes en cualquier otra parte. Una brecha tan amplia, pues, empuja al yen a valores más bajos contra el euro y, más aún, contra el dólar. No obstante, el piso de ¥ 119.80 del lunes dista de los mínimos de 2006 (inferiores a 115).

De cualquier modo, el G-7 se junta el viernes en Alemania para buscar soluciones. Pero Japón no parece sensible a los planteos “ortodoxos”. Dicho de otro modo, se reconocerá culpable pero no aceptará levar la tasa básica. En realidad, es casi imposible obligarlo y, como otros encuentros del G-7 o el G-8 (los mismos más Rusia), será una reunión social y demostrará que la globalización tiene alcances asaz más cortos que los imaginados por sus admiradores en estas costas.

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