Intima la SEC a directivos de Citigroup, Morgan Stanley y otras

Sanford Weill (Citigroup), Philip Purcell (Morgan Stanley) y CEO de otras nueve firmas de valores han sido intimados por la Securities & Exchange Commission. Deben documentos que prueben si supervisaban –o no- a sus propios analistas.

5 junio, 2003

En teoría, el arreglo por US$ 1.400 millones cerrado, hace dos meses, entre
la fiscalía neoyorquina, la SEC y once firmas de valores -que operan también
como bancas de inversión-, las eximía de culpa y cargo. Pero, ahora,
la SEC ha iniciado una ofensiva sobre los principales analistas de esas mismas
compañías.

Por tanto, Citigroup, Merrill Lynch, Morgan Stanley y otras ocho deben ahora demostrar
cómo supervisaban -o no, según sospecha la SEC- a sus analistas.
El tema central sigue siendo la tergiversación de análisis o calificaciones
-tareas habituales en las firmas bursátiles-, con objeto de captar clientes
para fusiones, adquisiciones y emisiones accionaras. Esos cometidos definen a
la banca de inversión y estas firmas, simplemente, producían informes
a medida de clientes que las contratasen también como bancas de inversión.

Ya antes de cerrar los acuerdos, William Donaldson, nuevo presidente de la SEC,
advirtió que investigaría si sus directivos habían condonado,
promovido o permitido -por omisión- análisis interesados, que transgredían
las leyes sobre operativa bursátil y banca. Si bien los arreglos no obligaban
a las firmas a admitir culpas ni penalizaban a sus ejecutivos superiores, tampoco
otorgaban "bill" de indemnidad a los propios analistas.

"Esto debe llegar a las últimas consecuencias", señaló
anoche Richard Grasso, CEO del New York Stock Exchange, el principal piso de
Wall Street. Las once firmas tienen hasta el 20 para entregar los documentos,
pero alguna ya se curan en salud… despidiendo supervisores de análisis
y consultoría. Tres de ellos proyectan ahora contra sus propias historias.

En teoría, el arreglo por US$ 1.400 millones cerrado, hace dos meses, entre
la fiscalía neoyorquina, la SEC y once firmas de valores -que operan también
como bancas de inversión-, las eximía de culpa y cargo. Pero, ahora,
la SEC ha iniciado una ofensiva sobre los principales analistas de esas mismas
compañías.

Por tanto, Citigroup, Merrill Lynch, Morgan Stanley y otras ocho deben ahora demostrar
cómo supervisaban -o no, según sospecha la SEC- a sus analistas.
El tema central sigue siendo la tergiversación de análisis o calificaciones
-tareas habituales en las firmas bursátiles-, con objeto de captar clientes
para fusiones, adquisiciones y emisiones accionaras. Esos cometidos definen a
la banca de inversión y estas firmas, simplemente, producían informes
a medida de clientes que las contratasen también como bancas de inversión.

Ya antes de cerrar los acuerdos, William Donaldson, nuevo presidente de la SEC,
advirtió que investigaría si sus directivos habían condonado,
promovido o permitido -por omisión- análisis interesados, que transgredían
las leyes sobre operativa bursátil y banca. Si bien los arreglos no obligaban
a las firmas a admitir culpas ni penalizaban a sus ejecutivos superiores, tampoco
otorgaban "bill" de indemnidad a los propios analistas.

"Esto debe llegar a las últimas consecuencias", señaló
anoche Richard Grasso, CEO del New York Stock Exchange, el principal piso de
Wall Street. Las once firmas tienen hasta el 20 para entregar los documentos,
pero alguna ya se curan en salud… despidiendo supervisores de análisis
y consultoría. Tres de ellos proyectan ahora contra sus propias historias.

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