Greenspan: hay que mantener la flexibilidad del sistema financiero internacional

Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, ha dicho que la debilidad del dólar terminará por achicar el abultado déficit comercial de su país. Agregó que el creciente proteccionismo podría dañar la flexibilidad de la economía global.

3 marzo, 2004

Hablando ante el Club Económico de Nueva York, el jefe del SRF dijo que
el valor del dólar estadounidense, comparado con las monedas de los principales
socios comerciales del país, cayó 12% desde principios de 2002.
Eso abarata los productos estadounidenses y encarece los importador para el comprador
nacional.

El déficit de cuenta corriente del país — la más amplia
medida del comercio – llegó a los US$ 550.000 millones el año pasado.
Para financiarlo, Estados Unidos tuvo que pedir esa cifra prestada a operadores
extranjeros mientras el dólar se devaluaba.

A muchos economistas privados les preocupa que si los extranjeros de pronto se
alarman y comienzan a desprenderse de sus intereses (como ha ocurrido en tantos
países en desarrollo), los precios del capital se desplomarían y
subirían las tasas de interés. Para Greenspan, sin embargo, mientras
el sistema financiero internacional se mantenga flexible – algo que siempre permitió
a Estados Unidos superar tiempos difíciles — los problemas se pueden evitar.

Sobre China, advirtió que si el país decidiera de pronto dejar fluctuar
su moneda, haría peligrar su frágil sistema bancario y la economía
global.

En 2003 el déficit comercial de Estados Unidos con China llegó a
US$ 124.000 millones. Los fabricantes estadounidenses dicen que el país
asiático ha devaluado 40% su moneda para competir ventajosamente con Estados
Unidos.

Hablando ante el Club Económico de Nueva York, el jefe del SRF dijo que
el valor del dólar estadounidense, comparado con las monedas de los principales
socios comerciales del país, cayó 12% desde principios de 2002.
Eso abarata los productos estadounidenses y encarece los importador para el comprador
nacional.

El déficit de cuenta corriente del país — la más amplia
medida del comercio – llegó a los US$ 550.000 millones el año pasado.
Para financiarlo, Estados Unidos tuvo que pedir esa cifra prestada a operadores
extranjeros mientras el dólar se devaluaba.

A muchos economistas privados les preocupa que si los extranjeros de pronto se
alarman y comienzan a desprenderse de sus intereses (como ha ocurrido en tantos
países en desarrollo), los precios del capital se desplomarían y
subirían las tasas de interés. Para Greenspan, sin embargo, mientras
el sistema financiero internacional se mantenga flexible – algo que siempre permitió
a Estados Unidos superar tiempos difíciles — los problemas se pueden evitar.

Sobre China, advirtió que si el país decidiera de pronto dejar fluctuar
su moneda, haría peligrar su frágil sistema bancario y la economía
global.

En 2003 el déficit comercial de Estados Unidos con China llegó a
US$ 124.000 millones. Los fabricantes estadounidenses dicen que el país
asiático ha devaluado 40% su moneda para competir ventajosamente con Estados
Unidos.

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