FMI: números fiscales,provincias y la oferta a acreedores

El FMI realiza la tercera revisión de las metas convenidas en octubre. Ahí no hay problemas, pero sí en el desmedido gasto provincial. Respecto de acreedores privados, la entidad sólo monitorea las negociaciones y Anne Krueger ya no opina.

16 junio, 2004

En lo fiscal, la señal política clave para el Fondo Monetario Internacional es el proyecto subscripto por el presidente Néstor Kirchner y remitido al Congreso, cuyo objetivo es inducir mayor responsabilidad fiscal en las provincias. Pese a la resistencia del duhaldismo y sus aliados radicales.

Básicamente, la futura ley pretende que los gobiernos locales hagan lo mismo que el federal: una gestión financiera sujeta a auditoría de un tercero neutral. En el caso provincial, el Banco Central podría cumplir el papel del FMI respecto de las cuentas nacionales. Naturalmente, esto pone en pie de guerra los feudos y cacicazgos tan arraigados en el interior, inclusive en partidos bonaerenses (empezando con los del conurbano).

La cuestión remite directamente a un trascendental informe del Banco Mundial (octubre de 1989), donde se ponía en tela de juicio nada menos que mapa político argentino. Por entonces, operadores del menemato aplaudían la idea básica: formar regiones –como las propuestas por un gobierno militar, en 1967- para reducir aparatos de gobierno y sus gastos. De ese esquema sólo subsistió la presuras privatización y fusión de varios bancos provinciales, que sólo fue negocio para financistas allegados al poder político.

En lo tocante a las negociaciones con grupos de acreedores privados o quienes dicen representarlos, Rodrigo Rato –director gerente del FMI- reiteró que “la restructuración de la deuda argentina en cese de pagos es esencial”. A partir de esto, medios y espacios afines a “comités de bonistas” dedujeron una amenaza de rechazo selectivo.

Amén de confusa, la versión no está convalidada por los dichos de Rato, así como tampoco figuraba –días antes- en declaración alguna del “club de París”. Lo que Rato sí señaló es que “Argentina precisa volver al mercado internacional de deuda voluntaria. Especialmente porque la marcha de su economía da margen para mayor sustentabilidad de pagos externos”.

También circulaban por Buenos Aires presuntos dichos de Anne Krueger. Pero, vía “Wall Street Journal”, aclaró que el Fondo se mantiene al margen de las disputas con “bonistas”. Lo que sí preocupa en la entidad son ciertas señales inflacionarias.

En lo fiscal, la señal política clave para el Fondo Monetario Internacional es el proyecto subscripto por el presidente Néstor Kirchner y remitido al Congreso, cuyo objetivo es inducir mayor responsabilidad fiscal en las provincias. Pese a la resistencia del duhaldismo y sus aliados radicales.

Básicamente, la futura ley pretende que los gobiernos locales hagan lo mismo que el federal: una gestión financiera sujeta a auditoría de un tercero neutral. En el caso provincial, el Banco Central podría cumplir el papel del FMI respecto de las cuentas nacionales. Naturalmente, esto pone en pie de guerra los feudos y cacicazgos tan arraigados en el interior, inclusive en partidos bonaerenses (empezando con los del conurbano).

La cuestión remite directamente a un trascendental informe del Banco Mundial (octubre de 1989), donde se ponía en tela de juicio nada menos que mapa político argentino. Por entonces, operadores del menemato aplaudían la idea básica: formar regiones –como las propuestas por un gobierno militar, en 1967- para reducir aparatos de gobierno y sus gastos. De ese esquema sólo subsistió la presuras privatización y fusión de varios bancos provinciales, que sólo fue negocio para financistas allegados al poder político.

En lo tocante a las negociaciones con grupos de acreedores privados o quienes dicen representarlos, Rodrigo Rato –director gerente del FMI- reiteró que “la restructuración de la deuda argentina en cese de pagos es esencial”. A partir de esto, medios y espacios afines a “comités de bonistas” dedujeron una amenaza de rechazo selectivo.

Amén de confusa, la versión no está convalidada por los dichos de Rato, así como tampoco figuraba –días antes- en declaración alguna del “club de París”. Lo que Rato sí señaló es que “Argentina precisa volver al mercado internacional de deuda voluntaria. Especialmente porque la marcha de su economía da margen para mayor sustentabilidad de pagos externos”.

También circulaban por Buenos Aires presuntos dichos de Anne Krueger. Pero, vía “Wall Street Journal”, aclaró que el Fondo se mantiene al margen de las disputas con “bonistas”. Lo que sí preocupa en la entidad son ciertas señales inflacionarias.

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