En Wall Street no celebran

El día de Acción de Gracias resultó indiferente para el Nasdaq y el Dow Jones, que dan cuenta del mal momento que está pasando la bolsa neoyorquina.

26 noviembre, 2000

(EFE).- Pese a que durante la semana de negocios recién pasada se conmemoró el Día de Acción de Gracias, la verdad es que los magnates y los pequeños inversores de Wall Street no tuvieron mucho que agradecer.

Basta mirar el comportamiento del mercado electrónico o Nasdaq, el verdadero motor de las alzas de la bolsa durante los últimos cinco años, para darse cuenta de lo mal que está Wall Street.

Este mercado, que el año pasado ganó nada menos que 84%, empujado por el auge de las acciones de empresas de nuevas tecnologías e Internet, ha perdido en lo que va del año 2000 alrededor de 29%, y está 42% por debajo del nivel máximo histórico que se alcanzó en marzo pasado.

Para los analistas, el origen de este pésimo rendimiento está en las excesivamente altas valoraciones de una serie de empresas, en particular en el sector de Internet.

Hace un año, por ejemplo, los analistas recomendaban sin tapujos comprar acciones de empresas de Internet que, a su juicio, serían los verdaderos motores de la economía en el siglo XXI.

Las acciones de empresas de compra y venta de juguetes y libros, de subastas, de correo electrónico, de bodas, de conversación sobre mascotas, una serie de compañías de Internet que nunca tuvieron una estrategia comercial clara, eran compradas como pan caliente por los ávidos inversores.

La bonanza duró hasta que algunos analistas comenzaron a ver en esta subida desenfrenada un comportamiento absolutamente irracional, y hasta que muchos inversores que se habían hecho millonarios de la noche a la mañana comenzaron a vender sus acciones para tomar beneficios.

En pocos meses, las bolsas se desinflaron completamente y hasta el día de hoy nada ha sido capaz de inflarlas nuevamente.

El ambiente actual en los mercados es de un claro pesimismo, fruto de la debacle de Internet, las advertencias de una serie de empresas respecto a su ingresos futuros y el claro enfriamiento de la actividad económica estadounidense.

Como si todo esto fuese poco, hoy en día los estadounidenses se enfrentan a una de las más turbulentas transiciones presidenciales de su historia.

Hace pocas semanas, los analistas explicaban que el asunto de las elecciones presidenciales no implicaría demasiada incertidumbre para los mercados, pues se daba por hecho que el ganador se conocería el mismo día de emitidos los sufragios.

Si bien los analistas e inversores apoyaban, en su gran mayoría, al candidato republicano, George Bush, lo cierto es que una victoria de su adversario demócrata, Al Gore, no hubiese sido tomada como una mala noticia por los mercados.

Sin embargo, hoy, casi tres semanas después de la votación, aún no se sabe quien será el nuevo presidente, y la incertidumbre amenaza con durar varios días más.

Cada día la balanza parece inclinarse a favor de uno u otro candidato, y eso impide que muchos inversores se decidan a salir a comprar.

Pese a que los analistas no dudan de que todo el enredo se resolverá dentro de los márgenes normales de la legalidad y que el nuevo presidente será reconocido por todos, lo que preocupa es el tiempo que pueda tomar en solucionarse el caso.

Asimismo, los expertos explican que es muy probable que una vez que se supere el asunto electoral la bolsa no pueda volver a subir, pues entonces los analistas concentrarán su atención en los resultados de las empresas, la marcha de la economía y el futuro de los tipos de interés.

Como ninguno de estos tres asuntos parece seguir una trayectoria favorable para las bolsas, es muy posible que una vez que se elimine la incertidumbre electoral el mercado siga cayendo.

Por eso, los expertos creen que la solución de la batalla electoral no será la solución que muchos esperan.

A lo más, explican los entendidos, se producirán alzas durante una o dos jornadas, pero que tampoco serían muy fuertes.

Precisamente una de estas subas parece ser la que se produjo el viernes, jornada en la que el mercado cerró tres horas antes de lo habitual por celebrarse el viernes posterior al Día de Acción de Gracias.

El promedio del Dow Jones de Industriales ganó 70,91 puntos (0,68) hasta los 10.470,23, y el Nasdaq subió 148,90 puntos (5,4%) hasta los 2.904,24.

Pese a esta suba, durante la semana el Dow Jones acumuló pérdidas de 1,5% y el Nasdaq una baja de 4,05%.

Con todo, el alza del viernes arroja una luz de esperanza en el mercado, la que sin duda podría verse fortalecida por una solución definitiva a la batalla por la presidencia.

(EFE).- Pese a que durante la semana de negocios recién pasada se conmemoró el Día de Acción de Gracias, la verdad es que los magnates y los pequeños inversores de Wall Street no tuvieron mucho que agradecer.

Basta mirar el comportamiento del mercado electrónico o Nasdaq, el verdadero motor de las alzas de la bolsa durante los últimos cinco años, para darse cuenta de lo mal que está Wall Street.

Este mercado, que el año pasado ganó nada menos que 84%, empujado por el auge de las acciones de empresas de nuevas tecnologías e Internet, ha perdido en lo que va del año 2000 alrededor de 29%, y está 42% por debajo del nivel máximo histórico que se alcanzó en marzo pasado.

Para los analistas, el origen de este pésimo rendimiento está en las excesivamente altas valoraciones de una serie de empresas, en particular en el sector de Internet.

Hace un año, por ejemplo, los analistas recomendaban sin tapujos comprar acciones de empresas de Internet que, a su juicio, serían los verdaderos motores de la economía en el siglo XXI.

Las acciones de empresas de compra y venta de juguetes y libros, de subastas, de correo electrónico, de bodas, de conversación sobre mascotas, una serie de compañías de Internet que nunca tuvieron una estrategia comercial clara, eran compradas como pan caliente por los ávidos inversores.

La bonanza duró hasta que algunos analistas comenzaron a ver en esta subida desenfrenada un comportamiento absolutamente irracional, y hasta que muchos inversores que se habían hecho millonarios de la noche a la mañana comenzaron a vender sus acciones para tomar beneficios.

En pocos meses, las bolsas se desinflaron completamente y hasta el día de hoy nada ha sido capaz de inflarlas nuevamente.

El ambiente actual en los mercados es de un claro pesimismo, fruto de la debacle de Internet, las advertencias de una serie de empresas respecto a su ingresos futuros y el claro enfriamiento de la actividad económica estadounidense.

Como si todo esto fuese poco, hoy en día los estadounidenses se enfrentan a una de las más turbulentas transiciones presidenciales de su historia.

Hace pocas semanas, los analistas explicaban que el asunto de las elecciones presidenciales no implicaría demasiada incertidumbre para los mercados, pues se daba por hecho que el ganador se conocería el mismo día de emitidos los sufragios.

Si bien los analistas e inversores apoyaban, en su gran mayoría, al candidato republicano, George Bush, lo cierto es que una victoria de su adversario demócrata, Al Gore, no hubiese sido tomada como una mala noticia por los mercados.

Sin embargo, hoy, casi tres semanas después de la votación, aún no se sabe quien será el nuevo presidente, y la incertidumbre amenaza con durar varios días más.

Cada día la balanza parece inclinarse a favor de uno u otro candidato, y eso impide que muchos inversores se decidan a salir a comprar.

Pese a que los analistas no dudan de que todo el enredo se resolverá dentro de los márgenes normales de la legalidad y que el nuevo presidente será reconocido por todos, lo que preocupa es el tiempo que pueda tomar en solucionarse el caso.

Asimismo, los expertos explican que es muy probable que una vez que se supere el asunto electoral la bolsa no pueda volver a subir, pues entonces los analistas concentrarán su atención en los resultados de las empresas, la marcha de la economía y el futuro de los tipos de interés.

Como ninguno de estos tres asuntos parece seguir una trayectoria favorable para las bolsas, es muy posible que una vez que se elimine la incertidumbre electoral el mercado siga cayendo.

Por eso, los expertos creen que la solución de la batalla electoral no será la solución que muchos esperan.

A lo más, explican los entendidos, se producirán alzas durante una o dos jornadas, pero que tampoco serían muy fuertes.

Precisamente una de estas subas parece ser la que se produjo el viernes, jornada en la que el mercado cerró tres horas antes de lo habitual por celebrarse el viernes posterior al Día de Acción de Gracias.

El promedio del Dow Jones de Industriales ganó 70,91 puntos (0,68) hasta los 10.470,23, y el Nasdaq subió 148,90 puntos (5,4%) hasta los 2.904,24.

Pese a esta suba, durante la semana el Dow Jones acumuló pérdidas de 1,5% y el Nasdaq una baja de 4,05%.

Con todo, el alza del viernes arroja una luz de esperanza en el mercado, la que sin duda podría verse fortalecida por una solución definitiva a la batalla por la presidencia.

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