El BCE comprará deuda para combatir deflación

El BCE que comanda Mario Draghi desde Fráncfort podría anunciar el jueves un programa de compra masiva de deuda pública para evitar la espiral inflacionaria en la eurozona.

19 enero, 2015

Angela Merkel mira esa compra de bonos con escepticismo pues teme que tal intervención relajará la presión sobre los estados derrochadores para que introduzcan duras reformas económicas. Se calcula que el jueves 23 ninguno de los miembros alemanes del BCE apoyará la decisión de embarcarse en la flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés).

 

Draghi espera que la compra de bonos ayude a los bancos a liberarse de la deuda pública y los inste a dar préstamos al sector privado para activar las economías nacionales y evitar la deflación.

 

El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el español Pedro Cruz Villalón, considera que el programa de compra de deuda pública en el mercado secundario — anunciado en 2012 por el Banco Central Europeo es, en principio, compatible con el Derecho comunitario.

 

“El programa de operaciones monetarias de compraventa (conocido como OMT por sus siglas en inglés) es compatible con el Tratado de la UE, siempre y cuando, si llega a aplicarse, se lleve a efecto en circunstancias temporales que permitan que se forme un precio de mercado de los títulos de deuda pública”.

 

Cruz Villalón precisa que el plan debe cumplir una serie de condiciones para respetar la legislación. Deberá explicar por qué activa la compra de deuda y aplicar el plan de forma proporcional y con cautela para evitar conductas especulativas en el mercado.

 

Pero los detalles sobre el programa de QE son objeto de delicados debates en el consejo gobernante donde ha habido fuerte oposición a la compra de deuda soberana, especialmente de los representantes alemanes. El alemán Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y el más ferviente opositor dentro del consejo de gobierno a la QE, ha dicho que la compra de bonos soberanos sin colocar en riesgo en los libros de los bancos centrales nacionales prepararía el terreno para una redistribución ilegal de riesgos entre los contribuyentes de la eurozona. Draghi cree que la flexibilización cuantitativa puede elevar la inflación y estabilizar las expectativas inflacionarias, pero busca conseguir el apoyo más fuerte posible para el paquete de medidas; su temor es que sin un alto grado de oposición no logrará que se crea en el compromiso del BCE con su objetivo de inflación.

 

 

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