Crudo tejano hasta US$ 111, euro a US$ 1,56 y bolsas inestables

Escepticismo banquero sobre el megapaquete de US$ 400.000 millones, menos gastos del público norteamericano en febrero y más desempleo se combinan con la huida al petróleo (tocó US$ 111, cedió a 109,80) y otros metales.

13 marzo, 2008

En lo esencial, la retracción del consumo es una clave real, pues el gasto familiar representa 67% del producto bruto interno en Estados Unidos. Por otra parte, el increíble auge de los hidrocarburos –básicamente especulativo- golpea los bolsillos vía nafta cara. Vale decir, un factor inflacionario.

Por ende, las ventas minoristas cayeron sorpresivamente 0,6% en febrero. En tanto, los desocupados que perciben subsidios gubernamentales alcanzaban la semana pasada el mayor nivele en dos años y medio. El índice nacional de desempleo urbano tornaba a rozar 5% de la población activa.

En otros término, la creciente crisis de liquidez que castiga a Wall Street se contagia a la economía física. Finalmente, la falta de crédito llega a los consumidores, que ya no pueden apelar a sus tarjetas de crédito. Por ende, el público deja de comprar y se limita a lo necesario.

Muchas firmas de valores creen que la economía ya esta en recesión. James Dimon, presidente ejecutivo de JP Morgan Chase, advirtió que habrá nuevos deterioros inmobiliarios. El sector ya está peor que en la depresión de 1929/36. Por otro lado, George W.Bush legará a su sucesor un fisco quebrado.

Este clima denso explica que el euro haya pasado de US$ 1,56 (€ 0,64 por dólar) y esa moneda haya cedido a menos de cien yenes, algo que no había ocurrido en doce años. En cuanto a la bolsa neoyorquina, hubo descensos de hasta 0,55% (Nasdaq compuesto), 0,66% (Standard&Poor’s 500) y 0,68% (Dow Jones 30). Más tarde, se produjo un rebote armado por algunos operadores grandes.

En lo esencial, la retracción del consumo es una clave real, pues el gasto familiar representa 67% del producto bruto interno en Estados Unidos. Por otra parte, el increíble auge de los hidrocarburos –básicamente especulativo- golpea los bolsillos vía nafta cara. Vale decir, un factor inflacionario.

Por ende, las ventas minoristas cayeron sorpresivamente 0,6% en febrero. En tanto, los desocupados que perciben subsidios gubernamentales alcanzaban la semana pasada el mayor nivele en dos años y medio. El índice nacional de desempleo urbano tornaba a rozar 5% de la población activa.

En otros término, la creciente crisis de liquidez que castiga a Wall Street se contagia a la economía física. Finalmente, la falta de crédito llega a los consumidores, que ya no pueden apelar a sus tarjetas de crédito. Por ende, el público deja de comprar y se limita a lo necesario.

Muchas firmas de valores creen que la economía ya esta en recesión. James Dimon, presidente ejecutivo de JP Morgan Chase, advirtió que habrá nuevos deterioros inmobiliarios. El sector ya está peor que en la depresión de 1929/36. Por otro lado, George W.Bush legará a su sucesor un fisco quebrado.

Este clima denso explica que el euro haya pasado de US$ 1,56 (€ 0,64 por dólar) y esa moneda haya cedido a menos de cien yenes, algo que no había ocurrido en doce años. En cuanto a la bolsa neoyorquina, hubo descensos de hasta 0,55% (Nasdaq compuesto), 0,66% (Standard&Poor’s 500) y 0,68% (Dow Jones 30). Más tarde, se produjo un rebote armado por algunos operadores grandes.

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