Conductos de inversión estructurados, un letal eufemismo

Llamados también vehículos o canales (VIE, CIE), suelen armarlos fondos de cobertura y hoy corren severos riesgos en Europa occidental. Concretamente, pueden llegar a la descalificación, la insolvencia o el cese de pagos en pocos meses.

24 octubre, 2007

Eso explica un informe de la consultoría Credit Sights. Por ejemplo, hace una semana conductos manejados por el londinense Cheyne Capital management e IKB-Deustche Industriebank no pudieron repagar deudas de corto plazo vencidas. Estos ceses pueden llevar a caídas de precios y calificaciones crediticias, capaces de obligar a los VIE o CIE a malvender activos. Con ello, se prolongarán las turbulencias en los mercado financieros desatadas en agosto.

“Continuamos esperando que el grueso de CIE logre eludir quebrantos o liquidaciones”, señala el análisis de CS. “Pero los problemas resultantes en insolvencias recientes subrayan la dificultad de desarmar posiciones en forma no traumática”. Básicamente, un VIE consiste en tomar prestado a corto plazo para comprar activos de largo plazo, en sí un dislate o una forma de ludopatía.

Naturalmente, el cimbronazo producido por la crisis hipotecaria o el definanciamiento de compras apalancadas “hacen temer que los ceses de pagos sean peores de cuanto se suponía. Al presente, los CIE se han visto obligados a malvender no menos de US$ 75.000 millones en activos. Mientras, los inversores escapan rumbo a letras de tesorería”.

Con el objeto explícito de reactivar el segmento de papeles comerciales respaldados en activos y evitar que los VIE liquiden US$ 320.000 millones a precio vil, Henry Paulson (secretario de hacienda, hombre de Goldman Sachs) y tres grande bancos resolvieron establecer un fondo rotatorio de US$ 100.000 millones para tomar parte de esos clavos. Pero muchos experto creen que el paso siguiente será “federalizar” el fondo y que paguen los contribuyentes, como ocurrió en los años 80 tras el colapso del sistema de ahorro y préstamo.

El recurso implica ampliar brechas en otros segmentos del mercado financiero, particularmente los de bonos respaldados en hipotecas y obligaciones de deuda colateralizada (ODC). Vale decir, paquetes de títulos que terminarán pagados a inversores y acreedores. Eso obligará a las calificadoras a degradar bonos de mejor calidad. Ya sucede: Axon Financial, un CIE son US$ 9.800 millones en deudas ha sido esta semana degradado por Moody’s de Aaa a Ba3 (doce escalones), o sea tres bajo el umbral chatarra. La entidad –controlada por Texas Pacific group y Axon- había licuado la mitad de su capitalización.

Eso explica un informe de la consultoría Credit Sights. Por ejemplo, hace una semana conductos manejados por el londinense Cheyne Capital management e IKB-Deustche Industriebank no pudieron repagar deudas de corto plazo vencidas. Estos ceses pueden llevar a caídas de precios y calificaciones crediticias, capaces de obligar a los VIE o CIE a malvender activos. Con ello, se prolongarán las turbulencias en los mercado financieros desatadas en agosto.

“Continuamos esperando que el grueso de CIE logre eludir quebrantos o liquidaciones”, señala el análisis de CS. “Pero los problemas resultantes en insolvencias recientes subrayan la dificultad de desarmar posiciones en forma no traumática”. Básicamente, un VIE consiste en tomar prestado a corto plazo para comprar activos de largo plazo, en sí un dislate o una forma de ludopatía.

Naturalmente, el cimbronazo producido por la crisis hipotecaria o el definanciamiento de compras apalancadas “hacen temer que los ceses de pagos sean peores de cuanto se suponía. Al presente, los CIE se han visto obligados a malvender no menos de US$ 75.000 millones en activos. Mientras, los inversores escapan rumbo a letras de tesorería”.

Con el objeto explícito de reactivar el segmento de papeles comerciales respaldados en activos y evitar que los VIE liquiden US$ 320.000 millones a precio vil, Henry Paulson (secretario de hacienda, hombre de Goldman Sachs) y tres grande bancos resolvieron establecer un fondo rotatorio de US$ 100.000 millones para tomar parte de esos clavos. Pero muchos experto creen que el paso siguiente será “federalizar” el fondo y que paguen los contribuyentes, como ocurrió en los años 80 tras el colapso del sistema de ahorro y préstamo.

El recurso implica ampliar brechas en otros segmentos del mercado financiero, particularmente los de bonos respaldados en hipotecas y obligaciones de deuda colateralizada (ODC). Vale decir, paquetes de títulos que terminarán pagados a inversores y acreedores. Eso obligará a las calificadoras a degradar bonos de mejor calidad. Ya sucede: Axon Financial, un CIE son US$ 9.800 millones en deudas ha sido esta semana degradado por Moody’s de Aaa a Ba3 (doce escalones), o sea tres bajo el umbral chatarra. La entidad –controlada por Texas Pacific group y Axon- había licuado la mitad de su capitalización.

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