Compras apalancadas, US$ 712.600 millones en serio peligro

La ola de iliquidez global amenaza a una serie de compras apalancadas en curso. Casos como TXU, SLM, First Data, Allied Boots o Chrysler holding afrontan tres riesgos: renegociación forzosa, suspensión o congelamiento.

12 agosto, 2007

Audaces fondos cerrados, que hasta hace algunas semanas ofrecían recolocar deuda nueva –contra activos adquiridos- a tasas atractivas y garantían finaciamientos de transición, están reconsiderando esos términos. Por ejemplo, Home Depot admitió el viernes que deberá bajar el precio para la venta apalancada de su división abastecimientos, que había empezado a negociar, en junio, con un grupo de fondos.

“A medida como se endurecen los mercados, las empresas se ven forzadas a replantear lo que venden y a cuánto”, apunta un informe de Chestnut Hill partners, una firma neoyorquina experta en ubicar activos aptos para compras apalancadas. “Todo este negocio afronta alteraciones en las reglas de juego”. Pero el verdadero peligro quizás esté en otra parte: muchos sostienen que las compras apalancadas no generan valor agregado. Sólo benefician a los ejecutivos que las impulsan y los fondos que las viabilizan.

Una a una, las transacciones chocan con inversores que escapan a pérdidas y quebranto en los segmentos financieros ligados a malas hipotecas. Más allá de maniobras para que Wall Street no pierda mucho terreno, “la volatilidad puede durar algunos meses”, confiesa la carta semanal de Jupiter Asset management (Londres) a sus clientes. Se trata de una cartera que administra US$ 40.000 millones.

Hasta el derrumbe actual, las fusiones y adquisiciones anunciadas este año en el mundo (Estados Unidos, sobre todo) representaban activos por US$ 3,17 billones. De esa masa, US$ 712.600 millones eran en compras apalancadas. Son estimaciones de la agencia especializada Bloomberg’s y el estudio KPMG International.

Por un lado, los mercados rechazan títulos y empréstitos para financiar esas transacciones (se sabe que los fondos no ponen plata propia). Por el otro, esta clase de negocios afloja. Firmas como las británicas Cadbury Schweppes –primer fabricante mundial de golosinas- o Virgin Media (segunda operadora local de TV rentada) han postergado el cierre de ventas apalancadas.

Otra operación grande, que involucra la eléctrica tejana TXU y dos fondos especulativos (Kohlberg Kravis Roberts, Texas Pacific group), parece diluirse Hay un motivo claro: la compra cotizaba US$ 60,25 por acción, pero el papel ha caído más de 7% el viernes. First Data iba a ser tomada –también por KKR- pagando US$ 34 por título, pero éste no vale ahora más de 29.

En general, no hay ejecutivo que quiera tocar esos temas con analistas ni la prensa especializada, pero corren por Internet decenas de “blogs” sobre violentas peleas internas en fondos como KKR, TPG o Cerberus (a éste puede caérsele Chrysler), renuncias y despidos de managers que se habían jugado
s por compras apalancadas cuando ya se vislumbraba la crisis.

Audaces fondos cerrados, que hasta hace algunas semanas ofrecían recolocar deuda nueva –contra activos adquiridos- a tasas atractivas y garantían finaciamientos de transición, están reconsiderando esos términos. Por ejemplo, Home Depot admitió el viernes que deberá bajar el precio para la venta apalancada de su división abastecimientos, que había empezado a negociar, en junio, con un grupo de fondos.

“A medida como se endurecen los mercados, las empresas se ven forzadas a replantear lo que venden y a cuánto”, apunta un informe de Chestnut Hill partners, una firma neoyorquina experta en ubicar activos aptos para compras apalancadas. “Todo este negocio afronta alteraciones en las reglas de juego”. Pero el verdadero peligro quizás esté en otra parte: muchos sostienen que las compras apalancadas no generan valor agregado. Sólo benefician a los ejecutivos que las impulsan y los fondos que las viabilizan.

Una a una, las transacciones chocan con inversores que escapan a pérdidas y quebranto en los segmentos financieros ligados a malas hipotecas. Más allá de maniobras para que Wall Street no pierda mucho terreno, “la volatilidad puede durar algunos meses”, confiesa la carta semanal de Jupiter Asset management (Londres) a sus clientes. Se trata de una cartera que administra US$ 40.000 millones.

Hasta el derrumbe actual, las fusiones y adquisiciones anunciadas este año en el mundo (Estados Unidos, sobre todo) representaban activos por US$ 3,17 billones. De esa masa, US$ 712.600 millones eran en compras apalancadas. Son estimaciones de la agencia especializada Bloomberg’s y el estudio KPMG International.

Por un lado, los mercados rechazan títulos y empréstitos para financiar esas transacciones (se sabe que los fondos no ponen plata propia). Por el otro, esta clase de negocios afloja. Firmas como las británicas Cadbury Schweppes –primer fabricante mundial de golosinas- o Virgin Media (segunda operadora local de TV rentada) han postergado el cierre de ventas apalancadas.

Otra operación grande, que involucra la eléctrica tejana TXU y dos fondos especulativos (Kohlberg Kravis Roberts, Texas Pacific group), parece diluirse Hay un motivo claro: la compra cotizaba US$ 60,25 por acción, pero el papel ha caído más de 7% el viernes. First Data iba a ser tomada –también por KKR- pagando US$ 34 por título, pero éste no vale ahora más de 29.

En general, no hay ejecutivo que quiera tocar esos temas con analistas ni la prensa especializada, pero corren por Internet decenas de “blogs” sobre violentas peleas internas en fondos como KKR, TPG o Cerberus (a éste puede caérsele Chrysler), renuncias y despidos de managers que se habían jugado
s por compras apalancadas cuando ya se vislumbraba la crisis.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades