Tras haberse situado en abril en el nivel más bajo en tres décadas, el Departamento de Trabajo anunció el viernes que el desempleo subió el mes pasado hasta 4,1% y que el sector privado perdió 116.000 empleos, el peor resultado en casi nueve años.
Esta mala noticia para la población activa fue saludada con alivio por los mercados estadounidenses, que la recibieron como un signo de que la Reserva Federal no subirá en un futuro cercano las tasas de interés.
La bolsa de Nueva York abrió el viernesal alza, con una subida de 119 puntos en el índice Dow Jones, mientras que el Nasdaq, que mide a las empresas de alta tecnología, subió 150 puntos.
Los inversores entienden que la subida del desempleo es un signo más de que la economía estadounidense está comenzando a ralentizarse y, por tanto, de que no habrá un repunte inflacionista que sea preciso combatir con movimientos de la política monetaria.
La Reserva Federal ha acordado en apenas un año seis subidas consecutivas del tipo de interés interbancario, la última de ellas de medio punto, para evitar que se produzca inflación y para tratar de “enfriar” la economía.
En la actualidad, las tasas de interés están en 6,5% en Estados Unidos, muy por encima del 3,75% de la zona euro.
El “estrechamiento” del mercado laboral estadounidense es una de las principales preocupaciones del banco que preside Alan Greenspan, pues teme que los trabajadores, con dinero en el bolsillo, consuman todavía más y acaben provocando una subida de los precios.
El dato divulgado hoy por el Departamento de Trabajo alegrará previsiblemente a Greenspan, pero es poco probable que el presidente de la Reserva Federal, famoso por sus alegatos contra la excesiva “exuberancia” de las bolsas, se aparte de la prudencia.
El incremento en el índice de desempleo se une a otros indicadores conocidos esta semana que hablan también del inicio de la ralentización económica estadounidense y hacen preguntarse a los analistas si “los buenos tiempos se han acabado”.
Los resultados de las ventas al por menor, venta de casas y pedidos de bienes duraderos han mostrado que la economía estadounidense no seguirá en el 2000 creciendo al mismo ritmo que en los nueve años anteriores, todos ellos de expansión ininterrumpida.
El jueves, el Departamento de Comercio informó de que los gastos de construcción experimentaron un descenso de 0,6% en el mes de abril, la mayor caída registrada en este indicador desde septiembre de 1999.
Si los indicadores económicos siguen comportándose como esta semana, lo más previsible es que se haga efectiva la ralentización y que el crecimiento económico no sea tan alto este año.
Sin embargo, en el primer trimestre del año, el Producto Interior Bruto (PIB) creció a un ritmo anual de 5,4%, por encima de lo que la Reserva Federal estima como deseable.
El banco central estadounidense pretende mantener el PIB en unos porcentajes más manejables, de entre 3 y 4%, para que el anunciado “aterrizaje” de la economía (desaceleración) sea “suave” y no “brusco”.
La próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, el que decide la política monetaria en EEUU, se celebrará el 27 y el 28 de junio.
Patricia Souza-EFE
Tras haberse situado en abril en el nivel más bajo en tres décadas, el Departamento de Trabajo anunció el viernes que el desempleo subió el mes pasado hasta 4,1% y que el sector privado perdió 116.000 empleos, el peor resultado en casi nueve años.
Esta mala noticia para la población activa fue saludada con alivio por los mercados estadounidenses, que la recibieron como un signo de que la Reserva Federal no subirá en un futuro cercano las tasas de interés.
La bolsa de Nueva York abrió el viernesal alza, con una subida de 119 puntos en el índice Dow Jones, mientras que el Nasdaq, que mide a las empresas de alta tecnología, subió 150 puntos.
Los inversores entienden que la subida del desempleo es un signo más de que la economía estadounidense está comenzando a ralentizarse y, por tanto, de que no habrá un repunte inflacionista que sea preciso combatir con movimientos de la política monetaria.
La Reserva Federal ha acordado en apenas un año seis subidas consecutivas del tipo de interés interbancario, la última de ellas de medio punto, para evitar que se produzca inflación y para tratar de “enfriar” la economía.
En la actualidad, las tasas de interés están en 6,5% en Estados Unidos, muy por encima del 3,75% de la zona euro.
El “estrechamiento” del mercado laboral estadounidense es una de las principales preocupaciones del banco que preside Alan Greenspan, pues teme que los trabajadores, con dinero en el bolsillo, consuman todavía más y acaben provocando una subida de los precios.
El dato divulgado hoy por el Departamento de Trabajo alegrará previsiblemente a Greenspan, pero es poco probable que el presidente de la Reserva Federal, famoso por sus alegatos contra la excesiva “exuberancia” de las bolsas, se aparte de la prudencia.
El incremento en el índice de desempleo se une a otros indicadores conocidos esta semana que hablan también del inicio de la ralentización económica estadounidense y hacen preguntarse a los analistas si “los buenos tiempos se han acabado”.
Los resultados de las ventas al por menor, venta de casas y pedidos de bienes duraderos han mostrado que la economía estadounidense no seguirá en el 2000 creciendo al mismo ritmo que en los nueve años anteriores, todos ellos de expansión ininterrumpida.
El jueves, el Departamento de Comercio informó de que los gastos de construcción experimentaron un descenso de 0,6% en el mes de abril, la mayor caída registrada en este indicador desde septiembre de 1999.
Si los indicadores económicos siguen comportándose como esta semana, lo más previsible es que se haga efectiva la ralentización y que el crecimiento económico no sea tan alto este año.
Sin embargo, en el primer trimestre del año, el Producto Interior Bruto (PIB) creció a un ritmo anual de 5,4%, por encima de lo que la Reserva Federal estima como deseable.
El banco central estadounidense pretende mantener el PIB en unos porcentajes más manejables, de entre 3 y 4%, para que el anunciado “aterrizaje” de la economía (desaceleración) sea “suave” y no “brusco”.
La próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, el que decide la política monetaria en EEUU, se celebrará el 27 y el 28 de junio.
Patricia Souza-EFE