Ciertos países asiáticos plantean riesgos inflacionarios

No para ellos, sino para Estados Unidos. La rigidez cambiaria de China y, hasta cierto punto, India podrían generar inestabilidad de precios aquende el Pacífico, si vacila la tregua informal entre bancos centrales y mercados locales.

5 mayo, 2005

“Si el dólar no se consolida o sufre otra baja estructural, veríamos rápidamente a varios emisores volver a la plaza cambiaria”, advierte WestPAc Bank, Australia. A diferencia de las intervenciones en 2004, empero, habrá riesgo de desatar presiones inflacionarias, justamente cuando el alza de precios de insumos primarios inquieta de nuevo a varios países grandes.

Teóricamente, el continuo aumento de tasas básicas norteamericanas –han ido de 1% en junio a 3% días atrás- debiera fortalecer el dólar. Pero los factores que, inicialmente, llevaron al retroceso de la divisa referencial podrían gestar de nuevo sacudidas cambiarias. En particular, porque los déficit comercial, fiscal y de pagos externos en Estados Unidos no hacen más que crecer.

Amén de eso, analistas europeos ven con preocupación la adicción al endeudamiento de los consumidores norteamericanos, cuyo pasivo supera los US$ 7,7 billones. También el Pacífico occidental, merced a un auge comercial e inversor, se empapeló de dólares y títulos en esa moneda. Sobre todo, letras de Tesorería, o sea deuda federal. En varios casos (Japón, China, Surcorea, Taiwán), para impedir la repreciación de sus monedas.

Según Union des Banques Suisses, durante el año pasado, las reservas en divisas y las tenencias de bonos federales en Asia oriental crecían a razón de US$ 50.000 millones mensuales. Ahora, ha cedido algo la compra de papeles en dólares y los gobierno del área apuestan a que la mejora de exportaciones se filtre a las economías reales. Si eso ocurre –como ocurría en Japón hasta enero y ya no-, el crecimiento interno reducirá la necesidad de controlar niveles de divisas.

“Si el dólar no se consolida o sufre otra baja estructural, veríamos rápidamente a varios emisores volver a la plaza cambiaria”, advierte WestPAc Bank, Australia. A diferencia de las intervenciones en 2004, empero, habrá riesgo de desatar presiones inflacionarias, justamente cuando el alza de precios de insumos primarios inquieta de nuevo a varios países grandes.

Teóricamente, el continuo aumento de tasas básicas norteamericanas –han ido de 1% en junio a 3% días atrás- debiera fortalecer el dólar. Pero los factores que, inicialmente, llevaron al retroceso de la divisa referencial podrían gestar de nuevo sacudidas cambiarias. En particular, porque los déficit comercial, fiscal y de pagos externos en Estados Unidos no hacen más que crecer.

Amén de eso, analistas europeos ven con preocupación la adicción al endeudamiento de los consumidores norteamericanos, cuyo pasivo supera los US$ 7,7 billones. También el Pacífico occidental, merced a un auge comercial e inversor, se empapeló de dólares y títulos en esa moneda. Sobre todo, letras de Tesorería, o sea deuda federal. En varios casos (Japón, China, Surcorea, Taiwán), para impedir la repreciación de sus monedas.

Según Union des Banques Suisses, durante el año pasado, las reservas en divisas y las tenencias de bonos federales en Asia oriental crecían a razón de US$ 50.000 millones mensuales. Ahora, ha cedido algo la compra de papeles en dólares y los gobierno del área apuestan a que la mejora de exportaciones se filtre a las economías reales. Si eso ocurre –como ocurría en Japón hasta enero y ya no-, el crecimiento interno reducirá la necesidad de controlar niveles de divisas.

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