China no piensa revaluar nuevamente el yüan en un futuro previsible

Como preveían los observadores más realistas, Beijing ha comunicado que no habrá una seguidilla de suaves retoques en la paridad entre su moneda y la canasta dólar-euro-yen. O sea, todavía no permite “flotación sucia”.

26 julio, 2005

“Las empresas del país precisan tiempo para absorber la revaluación de 2,07% operada en la relación dólar-yüan. Entretanto, la reforma cambiaria irá atenuando el superáti comercial, pero en forma muy paulatina”. Así señala un correo electrónico difundido en todo el mundo por el Banco Popular Chino (central).

“Sea como fuere, lo del jueves 21 ha sido un primer paso positivo”, comentaba ayer Alan Greenspan, presidente del Sistema de Reserva Federal. “Algunas operaciones a término indican que el mercado se había ilusionado con una pauta revaluatoriar que acumularía 4,9% hasta mediados de 2006”, apuntaban varios operadores en el mercado cambiario continuo de Tokio, el mayor del mundo.

Por el momento, Beijing les ha tirado un balde de agua fría a esas expectativas. “La mera noción de que ese ajuste de 2,07% era a´penas el comienza de una pauta es fundamentalmente incorrecta”, subraya el comunicado del banco central”.

Las reticencias chinas a ulteriores –o regulares- retoques en la paridad dejan claro que no deben descartarse nuevos roces con Estados Unidos y, hasta cierto punto, Japón y la Unión Europea. Queda claro, además, que las presiones ejercidas por el gobierno de George W.Bush, el congreso y Bruselas no fueron tenidas en cuenta al decidir la reforma cambiaria, que bajó el dólar de YR 8,28 a 8,11 y subió el yüan de 12,08 a 12,33 centavos de dólar.

“Por ahora, ni siquiera existe una pauta secreta, como la que maneja el banco central de Singapur”, admitieron los senadores Charles Grassley (republicano) y Max Baucus (demócrata), del comité de política monetaria. Aludían al peculiar régimen cambiario que aplica esa ciudad-estado controlada por la diáspora china. A su vez, Singapur no tiene de referencia una canasta ponderada de divisas.

No obstante, ambos senadores, Greenspan y John Snow –secretario de Hacienda- prefieren no emitir juicio hasta dentro de un tiempo. Igual postuira asumen autoridades de Bruselas y, con mayor razón, funcionarios japoneses. Como dato curioso, llama la atención el silencio de Hongkong y de Taiwán, que dura varios días.

“Las empresas del país precisan tiempo para absorber la revaluación de 2,07% operada en la relación dólar-yüan. Entretanto, la reforma cambiaria irá atenuando el superáti comercial, pero en forma muy paulatina”. Así señala un correo electrónico difundido en todo el mundo por el Banco Popular Chino (central).

“Sea como fuere, lo del jueves 21 ha sido un primer paso positivo”, comentaba ayer Alan Greenspan, presidente del Sistema de Reserva Federal. “Algunas operaciones a término indican que el mercado se había ilusionado con una pauta revaluatoriar que acumularía 4,9% hasta mediados de 2006”, apuntaban varios operadores en el mercado cambiario continuo de Tokio, el mayor del mundo.

Por el momento, Beijing les ha tirado un balde de agua fría a esas expectativas. “La mera noción de que ese ajuste de 2,07% era a´penas el comienza de una pauta es fundamentalmente incorrecta”, subraya el comunicado del banco central”.

Las reticencias chinas a ulteriores –o regulares- retoques en la paridad dejan claro que no deben descartarse nuevos roces con Estados Unidos y, hasta cierto punto, Japón y la Unión Europea. Queda claro, además, que las presiones ejercidas por el gobierno de George W.Bush, el congreso y Bruselas no fueron tenidas en cuenta al decidir la reforma cambiaria, que bajó el dólar de YR 8,28 a 8,11 y subió el yüan de 12,08 a 12,33 centavos de dólar.

“Por ahora, ni siquiera existe una pauta secreta, como la que maneja el banco central de Singapur”, admitieron los senadores Charles Grassley (republicano) y Max Baucus (demócrata), del comité de política monetaria. Aludían al peculiar régimen cambiario que aplica esa ciudad-estado controlada por la diáspora china. A su vez, Singapur no tiene de referencia una canasta ponderada de divisas.

No obstante, ambos senadores, Greenspan y John Snow –secretario de Hacienda- prefieren no emitir juicio hasta dentro de un tiempo. Igual postuira asumen autoridades de Bruselas y, con mayor razón, funcionarios japoneses. Como dato curioso, llama la atención el silencio de Hongkong y de Taiwán, que dura varios días.

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