Canje: violenta ofensiva, ahora a cargo de pesos pesados

Jacques de Larosière, ex FMI, Hans Eichel –ministro alemán de Hacienda- y William Rhodes (Citigroup), viejos enemigos de Buenos Aires, han demorado el cronograma de canje. Detrás de ellos opera Charles Dallara, cabildero de fondos buitres.

20 noviembre, 2004

Dallara se escuda en la presiedencia del Institute for International Finance, de suyo un “lobby” del negocio bancario, y el ex director gerente del FMI es un jubilado con buenas relaciones. Por supuesto también entran en la ofensiva el suizo Nicola Stock y el germano Hans Humes. El grupo consiguió el viernes dos cosas: que en Bank of New York no firmase el contrato con el gobierno argentino para timonear el canje y que la Commissione per società e borse (Consob, Italia) difiriese la aceptación del documento final.

Como siempre, en aras de pequeños rentistas locales, aunque existan ya fallos judiciales –tres italianos y el reciente de Thomas Griesa, Nueva York- que debieran haber impedido esta acción. Pero, apelando a sus fluidos contactos con la derecha, Stock hizo presionar a la entidad desde el propío gabiente de Silvio Berlusconi.

No obstante, según Economía ambos ataques no hacen al fondo del canje y “sólo provocan demoras en la gira fuera del país”. En Italia, la actitud de la Consob postega el lanzamiento del 29 de este mes al 17 del próximo. Pero no lo anula. En cuanto a la inconducta de Bank of New York, puede demorar la jira –el IIF puede influir sobre presuntos susbtitutos-, aunque Roberto Lavagna insista en que arrancará el lunes 29.

Cada uno de los influyentes personajes reclutados por Dallara para la ofensiva –Larosière, Eichel, Rhodes- “hizo muchos llamados telefónicos para trabar el canje por cualquier medio a su alcance”, señalaban allegados a Lavagna.

Las pecualiares aristan políticas que explican la inesperada decisión de la Consob quedaron en descubierto por un extraño pedido. En efecto, la comisión quería saber si “el ministro argentino de Economía y su secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, están autorizados para conducir el canje”. Obviamente la entidad con sede en Milán no tuvo tiempo de fabricar mejores argumentos, ante un pedido directo de Domenico Siniscalco titular de Economía italiano y amigo personal de Stock. Eso no sorprende en un gobierno a cuyo primer ministro le han pedido ocho años de cárcel por corruptor de jueces.

Dallara se escuda en la presiedencia del Institute for International Finance, de suyo un “lobby” del negocio bancario, y el ex director gerente del FMI es un jubilado con buenas relaciones. Por supuesto también entran en la ofensiva el suizo Nicola Stock y el germano Hans Humes. El grupo consiguió el viernes dos cosas: que en Bank of New York no firmase el contrato con el gobierno argentino para timonear el canje y que la Commissione per società e borse (Consob, Italia) difiriese la aceptación del documento final.

Como siempre, en aras de pequeños rentistas locales, aunque existan ya fallos judiciales –tres italianos y el reciente de Thomas Griesa, Nueva York- que debieran haber impedido esta acción. Pero, apelando a sus fluidos contactos con la derecha, Stock hizo presionar a la entidad desde el propío gabiente de Silvio Berlusconi.

No obstante, según Economía ambos ataques no hacen al fondo del canje y “sólo provocan demoras en la gira fuera del país”. En Italia, la actitud de la Consob postega el lanzamiento del 29 de este mes al 17 del próximo. Pero no lo anula. En cuanto a la inconducta de Bank of New York, puede demorar la jira –el IIF puede influir sobre presuntos susbtitutos-, aunque Roberto Lavagna insista en que arrancará el lunes 29.

Cada uno de los influyentes personajes reclutados por Dallara para la ofensiva –Larosière, Eichel, Rhodes- “hizo muchos llamados telefónicos para trabar el canje por cualquier medio a su alcance”, señalaban allegados a Lavagna.

Las pecualiares aristan políticas que explican la inesperada decisión de la Consob quedaron en descubierto por un extraño pedido. En efecto, la comisión quería saber si “el ministro argentino de Economía y su secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, están autorizados para conducir el canje”. Obviamente la entidad con sede en Milán no tuvo tiempo de fabricar mejores argumentos, ante un pedido directo de Domenico Siniscalco titular de Economía italiano y amigo personal de Stock. Eso no sorprende en un gobierno a cuyo primer ministro le han pedido ocho años de cárcel por corruptor de jueces.

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