Caen las bolsas por recesión y deflación. Sin soluciones para las automotrices

Al ceder 5,07% (Dow Jones 30), 6,12% (Standard&Poor’s 500) y 6,53% (Nasdaq compuesto), Wall Street marcaba este miércoles nuevos mínimos. El desinfle se siente vía Ford Motor (-10%) y General Motors (9,7%), sin auxilio del congreso.

20 noviembre, 2008

Nuevamente, empero, los mercados emergentes se diferencian de los centrales. Asia oriental y sudoriental cedieron menos de 1%, en tanto San Pablo (la única bolsa de eso en Sudamérica) perdía apenas 2%. Pero ningún panel quedará indemne si a la recesión, ya un hecho en Estados Unidos y Europa occidental, se suma una tendencia deflatoria como la revelada vía precios mayoristas norteamericanos.

Como sospechan varios analistas ajenos al negocio bursátil, la crisis que castiga a la industria automotriz puede adelantar la suerte de otros sectores industriales. Aparte, como lo indica el Nasdaq compuesto (-6,53%), la vanguardia tecnológica se ha sumado a los síntomas negativos.

Por otro lado, los problemas de Fiat en Italia, Opel en Alemania o Renault en Francia se aproximan a los de Detroit. Mientras General Motores, Ford y Chrysler seguían explicando sus aprietos al congreso, nadie menos que Bank of America –el mayor del país- sugiere un cambio drástico de estrategia o hasta una fusión en Detroit.

Kenneth Lewis, presidente ejecutivo de la entidad, sostuvo que “ya no es posible mantener tres empresas en crisis. Esta opinión, primera de su tipo emitida por un banco grande, llegó a Richard Vagones (GM), Alan Mulally (Ford) y el fondo Cerberus Capital Management (81% de Chrysler). No obstante, el jefe de Ford se aferra a algo que ya suena a mito: “esta industria es demasiado grande para caerse”. Eso se afirmaba, hace treinta años, sobre US Steel, y hoy no queda ninguna siderúrgica norteamericana entre las mayores del mundo.

En cuanto a Wagoner, define como “catastrófico colapso” un eventual cierre de su firma (GM) o Ford. Ese argumento y otros han sido reiterados ante los legisladores. A su vez, los demócratas proponer elevar de US$ 25.000 a 50.000 millones la asistencia a la reconversión de Detroit en mediano plazo.

Increíblemente, un grupo de republicanos afín al negocio financiero rechazan la posibilidad, especialmente si esos 25.000 millones adicional proviene de los US$ 400.000 remanente del megarrescate. Este jueves,las automotrices abandonaron el capitolio con las manos vacías.

Nuevamente, empero, los mercados emergentes se diferencian de los centrales. Asia oriental y sudoriental cedieron menos de 1%, en tanto San Pablo (la única bolsa de eso en Sudamérica) perdía apenas 2%. Pero ningún panel quedará indemne si a la recesión, ya un hecho en Estados Unidos y Europa occidental, se suma una tendencia deflatoria como la revelada vía precios mayoristas norteamericanos.

Como sospechan varios analistas ajenos al negocio bursátil, la crisis que castiga a la industria automotriz puede adelantar la suerte de otros sectores industriales. Aparte, como lo indica el Nasdaq compuesto (-6,53%), la vanguardia tecnológica se ha sumado a los síntomas negativos.

Por otro lado, los problemas de Fiat en Italia, Opel en Alemania o Renault en Francia se aproximan a los de Detroit. Mientras General Motores, Ford y Chrysler seguían explicando sus aprietos al congreso, nadie menos que Bank of America –el mayor del país- sugiere un cambio drástico de estrategia o hasta una fusión en Detroit.

Kenneth Lewis, presidente ejecutivo de la entidad, sostuvo que “ya no es posible mantener tres empresas en crisis. Esta opinión, primera de su tipo emitida por un banco grande, llegó a Richard Vagones (GM), Alan Mulally (Ford) y el fondo Cerberus Capital Management (81% de Chrysler). No obstante, el jefe de Ford se aferra a algo que ya suena a mito: “esta industria es demasiado grande para caerse”. Eso se afirmaba, hace treinta años, sobre US Steel, y hoy no queda ninguna siderúrgica norteamericana entre las mayores del mundo.

En cuanto a Wagoner, define como “catastrófico colapso” un eventual cierre de su firma (GM) o Ford. Ese argumento y otros han sido reiterados ante los legisladores. A su vez, los demócratas proponer elevar de US$ 25.000 a 50.000 millones la asistencia a la reconversión de Detroit en mediano plazo.

Increíblemente, un grupo de republicanos afín al negocio financiero rechazan la posibilidad, especialmente si esos 25.000 millones adicional proviene de los US$ 400.000 remanente del megarrescate. Este jueves,las automotrices abandonaron el capitolio con las manos vacías.

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