Blackstone dice que juntó ya US$ 21.700 millones, un récord

Stephen Schwarzman, amo real de Blackstone Group, sostiene manejar el mayor fondo mundial de compras apalancadas. Pero ya no es privado y cotiza en Wall Street, donde ha reunido esa suma, no sin tropiezos.

10 agosto, 2007

Este anuncio coincide con la sequía financiera global que afronta el sector y está frustrando algunas compras apalancadas relevantes. El monto que se atribuye BG es superior al triple de los US$ 6.450 millones iniciales, juntados fuera de bolsa hace algunos años. También deja atrás los US$ 20.000 millones que manifestaba tener Goldman Sachs group en abril.

En realidad, los US$21.700 millones provienen de una oferta pública accionaria (OPA) lanzada en junio. Tras cerrar el fondo privado Blackstone Capital partners, la sociedad pasa a cotizar en Wall Street. En adelante, sus eventuales operaciones apalancadas involucrarán capital propio, aparte de deuda nueva emitida contra los activos comprados.

Fondos como BG, Kohlberg Kravis Roberts, Texas Pacific, Matlin y otros generaron una gigantesca burbuja de US$ 708.000 millones en compras apalancadas. Esto sólo durante 2007. Desde fines de junio, la crisis hipotecaria y la iliquidez financiera consiguiente –que Wall Street intenta desesperadamente minimizar- han reducido en un tercio el ritmo de transacciones.

Casos como Chrysler holding-Cerberus o Allied Boots-KKR ponen en evidencia un segmento en deterioro. En cierto modo, Blackstone abrió el paraguas a tiempo. Ingresando en bolsa, cambia la mecánica de su propio negocio y busca sobrevivir a competidores de reflejos menos rápidos. Tras declinar hasta 23% en julio, BG ha recobrado 4%. Sin querer, justifica una pregunta que se hacen economistas serios: “Al fin de cuentas ¿a quién benefician las compras apalancadas, sino a astutos ejecutivos y especuladores?”.

Este anuncio coincide con la sequía financiera global que afronta el sector y está frustrando algunas compras apalancadas relevantes. El monto que se atribuye BG es superior al triple de los US$ 6.450 millones iniciales, juntados fuera de bolsa hace algunos años. También deja atrás los US$ 20.000 millones que manifestaba tener Goldman Sachs group en abril.

En realidad, los US$21.700 millones provienen de una oferta pública accionaria (OPA) lanzada en junio. Tras cerrar el fondo privado Blackstone Capital partners, la sociedad pasa a cotizar en Wall Street. En adelante, sus eventuales operaciones apalancadas involucrarán capital propio, aparte de deuda nueva emitida contra los activos comprados.

Fondos como BG, Kohlberg Kravis Roberts, Texas Pacific, Matlin y otros generaron una gigantesca burbuja de US$ 708.000 millones en compras apalancadas. Esto sólo durante 2007. Desde fines de junio, la crisis hipotecaria y la iliquidez financiera consiguiente –que Wall Street intenta desesperadamente minimizar- han reducido en un tercio el ritmo de transacciones.

Casos como Chrysler holding-Cerberus o Allied Boots-KKR ponen en evidencia un segmento en deterioro. En cierto modo, Blackstone abrió el paraguas a tiempo. Ingresando en bolsa, cambia la mecánica de su propio negocio y busca sobrevivir a competidores de reflejos menos rápidos. Tras declinar hasta 23% en julio, BG ha recobrado 4%. Sin querer, justifica una pregunta que se hacen economistas serios: “Al fin de cuentas ¿a quién benefician las compras apalancadas, sino a astutos ejecutivos y especuladores?”.

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