Bernanke: la inflación cede, pero no hay que bajar la guardia

Sin abandonar una ortodoxia monetaria de otro siglo, el presidente de la Reserva Federal cree que la baja de productos primarios –fenómeno parcial- limita tendencias inflacionarias. Eso le bastó a Wall Street para otra alza poco substancial.

15 febrero, 2007

“Hay indicios de que las presiones inflacionarias comienzan a disminuir”, sostuvo ante la comisión financiera del senado Benjamin Bernanke. “Pero los datos mensuales son ambiguos y, por ende, se necesita más tiempo para verificar si el indicador subyacente se modera como suponemos”.

Se refería, claro, a la ficción estadística favorita de Alan Greenspan, su antecesor: los precios minoristas excluyendo alimentos, energía y combustibles. En cierto modo, lo que le gustaría tener a Néstor Kirchner en Argentina, para no maquillar el costo de vida.

Las observaciones de Bernanke, al no subrayar demasiado la recidiva inflacionaria (rasgo cierto), bastaron para que Wall Street lograse otro récord, estirando una burbuja sin mucho asidero en la economía real. Déficit comercial, crisis en Detroit y severos problemas en el crédito hipotecario son sistemáticamente pasados por alto en la bolsa.

Tampoco interesa el inaceptable proyecto presupuestario presentado por George W.Bush a un congreso hostil. Por otra parte, Bernanke no parece preocupado por los crecientes déficit fiscal y de pagos externos. Inspirados por su canto de sirena, marcaron máximasel Dow Jones industrial (12.741,9 puntos) y el Standard&Poor’s 500 (1.453,3), pero no el Nasdaq compuesto (2.488,4).

“Hay indicios de que las presiones inflacionarias comienzan a disminuir”, sostuvo ante la comisión financiera del senado Benjamin Bernanke. “Pero los datos mensuales son ambiguos y, por ende, se necesita más tiempo para verificar si el indicador subyacente se modera como suponemos”.

Se refería, claro, a la ficción estadística favorita de Alan Greenspan, su antecesor: los precios minoristas excluyendo alimentos, energía y combustibles. En cierto modo, lo que le gustaría tener a Néstor Kirchner en Argentina, para no maquillar el costo de vida.

Las observaciones de Bernanke, al no subrayar demasiado la recidiva inflacionaria (rasgo cierto), bastaron para que Wall Street lograse otro récord, estirando una burbuja sin mucho asidero en la economía real. Déficit comercial, crisis en Detroit y severos problemas en el crédito hipotecario son sistemáticamente pasados por alto en la bolsa.

Tampoco interesa el inaceptable proyecto presupuestario presentado por George W.Bush a un congreso hostil. Por otra parte, Bernanke no parece preocupado por los crecientes déficit fiscal y de pagos externos. Inspirados por su canto de sirena, marcaron máximasel Dow Jones industrial (12.741,9 puntos) y el Standard&Poor’s 500 (1.453,3), pero no el Nasdaq compuesto (2.488,4).

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