BCE: proyecta elevar la tasa básica en junio y eso infla el euro

Jean-Claude Trichet dio a entender el jueves que estudia subir nuevamente el tipo referencial, aunque no ahora, como suponían muchos analistas. Un gesto -sugerir que lo hará en junio- bastó para empujar la moneda común a poco más de US$ 1,35.

13 abril, 2007

“No diría que hoy es el mejor momento para reconsiderar la tasa, pero quizá junio lo sea”, señaló el alto funcionario. El BCE mantuvo, pues, el nivel actual, 3,75% anual. Obviamente, los operadores esperan 4% para dentro de dos meses. Sondeos efectuados en Fráncfort, Londres, París, Amsterdam, Tokio, Nueva York y San Pablo comparten ese criterio.

Todavía más ortodoxo que Benjamin Bernanke (Reserva Federal), Trichet cree que los trece adherentes al euro -sobre un total de veintisiete países en la Unión Europea- no muestran signos de “enfriamiento en serio”. El BCE insiste en que la economía regional se expandió en 2006 “al ritmo más rápido en seis años”, grave pecado para su presidente.

En realidad, a la Eurozona le cuesta respetar el +2% anual de inflación fijado desde 1999. Pero lo cierto es que a varios países del área (Alemania, Francia, Italia) no les conviene tanta astringencia, que defienden economías más chicas (Holanda, Portugal, hasta cierto punto España).

Las declaraciones de Trichet contradicen el informe que el Fondo Monetario presentará a la asamblea semestral conjunta con el Banco Mundial y a la reunión, este fin de semana, del Grupo de los 7. La entidad multilateral proyecta un repliegue del producto bruto interno en varios países relevantes para 2008. Verbigracia, el PBI alemán cederá de 2,7 a 1,9%. Por ende, el recalentamiento regional parece fruto de la imaginación, no un dato real.

Naturalmente, la banca y los analistas bursátiles adhieren a Trichet y apuestan al aumento de tasas. Pero, a este lado del Atlántico, el clima es distinto: esos mismos sectores vislumbran un horizonte recesivo y señalan que la RF debiera pensar en bajar sus tipos referenciales. En 5,25%, la tasa básica es bastante más cara que en la Eurozona y casi iguala a la británica (pero el “área de la libra” es historia).

.

Rozando US$ 1,351, el euro alcanzó el máximo desde enero de 2005. Entretanto, la prédica monetarista de Trichet menciona, entre otros síntomas, un desempleo regional de “apenas” 7,3% (el menor desde 1993). Al mismo tiempo, la confianza de las empresa y el público llega al pico desde 2001. Por supuesto, los gobiernos celebra lo mismo que el BCE considera negativo: la prosperidad.

“No diría que hoy es el mejor momento para reconsiderar la tasa, pero quizá junio lo sea”, señaló el alto funcionario. El BCE mantuvo, pues, el nivel actual, 3,75% anual. Obviamente, los operadores esperan 4% para dentro de dos meses. Sondeos efectuados en Fráncfort, Londres, París, Amsterdam, Tokio, Nueva York y San Pablo comparten ese criterio.

Todavía más ortodoxo que Benjamin Bernanke (Reserva Federal), Trichet cree que los trece adherentes al euro -sobre un total de veintisiete países en la Unión Europea- no muestran signos de “enfriamiento en serio”. El BCE insiste en que la economía regional se expandió en 2006 “al ritmo más rápido en seis años”, grave pecado para su presidente.

En realidad, a la Eurozona le cuesta respetar el +2% anual de inflación fijado desde 1999. Pero lo cierto es que a varios países del área (Alemania, Francia, Italia) no les conviene tanta astringencia, que defienden economías más chicas (Holanda, Portugal, hasta cierto punto España).

Las declaraciones de Trichet contradicen el informe que el Fondo Monetario presentará a la asamblea semestral conjunta con el Banco Mundial y a la reunión, este fin de semana, del Grupo de los 7. La entidad multilateral proyecta un repliegue del producto bruto interno en varios países relevantes para 2008. Verbigracia, el PBI alemán cederá de 2,7 a 1,9%. Por ende, el recalentamiento regional parece fruto de la imaginación, no un dato real.

Naturalmente, la banca y los analistas bursátiles adhieren a Trichet y apuestan al aumento de tasas. Pero, a este lado del Atlántico, el clima es distinto: esos mismos sectores vislumbran un horizonte recesivo y señalan que la RF debiera pensar en bajar sus tipos referenciales. En 5,25%, la tasa básica es bastante más cara que en la Eurozona y casi iguala a la británica (pero el “área de la libra” es historia).

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Rozando US$ 1,351, el euro alcanzó el máximo desde enero de 2005. Entretanto, la prédica monetarista de Trichet menciona, entre otros síntomas, un desempleo regional de “apenas” 7,3% (el menor desde 1993). Al mismo tiempo, la confianza de las empresa y el público llega al pico desde 2001. Por supuesto, los gobiernos celebra lo mismo que el BCE considera negativo: la prosperidad.

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