Barclays sacó a Citigroup de la puja por ABN Amro

Un gambito bastó para frustrar una idea de Charles Prince, CEO de la entidad neoyorquina. El banco británico contrató a Citi como consultor para la fusión con ABN. La movida puso fuera de combate a un rival potencial.

29 marzo, 2007

No obstante, Prince todavía podrá hacer propuestas por activos secundarios de la banca holandesa, si Barclay’s logra cristalizar la fusión. En ese caso, la entidad resultante quizá se desprenda de algunos negocios con el objeto de (a) obtener efectivo para financiar la transacción y (b) cumplir eventuales condiciones de los reguladores.

Entre esos activos figuran operaciones de ABN en Estados Unidos. Por ejemplo, el banco La Salle (Chicago). Pero hay un inconveniente: como asesor rentado de Barclay’s, Citigroup no podría rivalizar con los británicos, si éstos optasen por retener ese negocio u otros.

Hasta entonces, el grupo encabezado por Prince representaba una amenaza para Barclay’s, pues podía pagar más por ABN y, luego, obtener mayores ahorros de costos operativos. Eso explica que, según un informe de Merrill Lynch -difundido esta misma semana-, Citi pudiera ofrecer hasta US$ 90.000 millones (€ 67,500 millones), o sea 11% sobre los británicos.

Quitado Citigroup del medio, no faltan competidores potenciales, si lo de Barclay’s hace sapo. Entre ellos, Royal Bank of Scotland –que no es “real” desde hace tiempo-, BNP Paribas y Banco Santander Central Hispano, BSCH, que ya tiene amplia presencia en Gran Bretaña. Acá surgen dos factores curiosos: la cultura interna de ABN es poco compatible con las de Barclay’s o RBS y el candidato ideal (ING Groep) no parece interesado en el asunto. En cuanto a Citi, resulta irónico que, mientras acepta asesorar Braclay´s en costos, ultime los detalles de su propio programa en igual sentido, donde se juega la suerte de Prince.

No obstante, Prince todavía podrá hacer propuestas por activos secundarios de la banca holandesa, si Barclay’s logra cristalizar la fusión. En ese caso, la entidad resultante quizá se desprenda de algunos negocios con el objeto de (a) obtener efectivo para financiar la transacción y (b) cumplir eventuales condiciones de los reguladores.

Entre esos activos figuran operaciones de ABN en Estados Unidos. Por ejemplo, el banco La Salle (Chicago). Pero hay un inconveniente: como asesor rentado de Barclay’s, Citigroup no podría rivalizar con los británicos, si éstos optasen por retener ese negocio u otros.

Hasta entonces, el grupo encabezado por Prince representaba una amenaza para Barclay’s, pues podía pagar más por ABN y, luego, obtener mayores ahorros de costos operativos. Eso explica que, según un informe de Merrill Lynch -difundido esta misma semana-, Citi pudiera ofrecer hasta US$ 90.000 millones (€ 67,500 millones), o sea 11% sobre los británicos.

Quitado Citigroup del medio, no faltan competidores potenciales, si lo de Barclay’s hace sapo. Entre ellos, Royal Bank of Scotland –que no es “real” desde hace tiempo-, BNP Paribas y Banco Santander Central Hispano, BSCH, que ya tiene amplia presencia en Gran Bretaña. Acá surgen dos factores curiosos: la cultura interna de ABN es poco compatible con las de Barclay’s o RBS y el candidato ideal (ING Groep) no parece interesado en el asunto. En cuanto a Citi, resulta irónico que, mientras acepta asesorar Braclay´s en costos, ultime los detalles de su propio programa en igual sentido, donde se juega la suerte de Prince.

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