Halliburton: una oportuna mudanza que crea sospechas

La senadora Hillary Rodham Clinton y otros dirigentes demócratas critican duramente la mudanza a Dubái del director ejecutivo. Suponen que es otra maniobra de Halliburton para evadir impuestos e investigaciones sobre irregularidades varias.

13 marzo, 2007

Este grupo de servicios para el sector petrolero, basado en Tejas pero ya no registrado ahí, señaló que sólo David Lesar será transladado, debido al aumento de oportunidades en la región. Dubái forma parte de la Unión de emiratos, satélite de Saudiarabia, donde ningún negocio se hace sin participación de los clanes dominantes. Lesar reemplazó en el cargo a Richard Cheney cuando asumió en 2001 la vicepresidencia (aún es accionista).

Varios demócratas poderosos y algunos republicanos (Carl Levin es uno) se manifiestan escépticos sobre la movida. Dado que no tiene sentido tener el CEO al otro lado del planeta, sospechan que esto anticipa la mudanza de todo el grupo y no exactamente por razones de negocios. Algunos legisladores convocarán a audiencias y creen que la decisión fue sugerida por Cheney (CEO entre 1995 y enero de 2001). De paso, se busca profundizar acusaciones en cuanto a que la compañía malversó miles de millones en contratos militares a través de una subsidiaria, KBR, en Irak y Kuweit (en complicidad con funcionarios del emirato).

“Es lamentable”, opina Rodham Clinton, precandidata presidencial opositora. “Muchas empresas norteamericanas adoran obtener contratos sin licitación. Pero Halliburton va más lejos: saca del país al máximo ejecutivo sin explicaciones creíbles”. Su colega Byron Douglas (Nordakota) añade: “Quiero saber si la firma trata de eludir publicidad incómoda sobre sus turbios negocios con este gobierno”.

Analistas de Wall Street admiten que las implicaciones tributarias no son claras, si es que el grupo no acompaña al CEO y continúa siendo uno de los principales de su sector en EE.UU.-Canadá. Tampoco saben qué ganará Lesar. En verdad, Halliburton ya es una empresa “off shore”, incorporada en Delaware, un refugio extraterritorial para eludir impuestos, similar a Luxemburgo dentro de la Eurozona.

El diputado demócrata Henry Waxman (California), presidente del comité sobre supervisión y reformas está por llamar a audiencia para tratar las implicancias de la movida. El senador Charles Schumer (demócrata, Nueva York) observa que “este grupo ha estado sometido a escrutinio desfavorable y eso lo empeorará exponencialmente. Entonces ¿por qué hacen cosas así?”

El legislador estima que el congreso será severo al respecto. “¿Qué tributos o normas regulatorias pretenden sortear? No han resuelto esto de puro capricho. Podrían dedicarse más a Oriente medio sin esta clase de mudanzas”. El departamento de justicia y la Securities & exchange commission (comisión de valores) viene investigando desde 2005 negocios turbios de Halliburton y KBR en Irak, Kuweit y Nigeria. Tal vez por eso, el grupo planea separar a KBR.

Halliburton ha sido el mayor contratista privado del Pentágono en Irak, merced a la acción de Cheney. Eso la puso en el centro de las críticas por errores en la conducción de la guerra. Aparte, manejó incorrectamente miles de millones en contratos para edificar bases, servir raciones y proveer otros apoyos logísticos desde la invasión de hace casi cuatro años.

Este grupo de servicios para el sector petrolero, basado en Tejas pero ya no registrado ahí, señaló que sólo David Lesar será transladado, debido al aumento de oportunidades en la región. Dubái forma parte de la Unión de emiratos, satélite de Saudiarabia, donde ningún negocio se hace sin participación de los clanes dominantes. Lesar reemplazó en el cargo a Richard Cheney cuando asumió en 2001 la vicepresidencia (aún es accionista).

Varios demócratas poderosos y algunos republicanos (Carl Levin es uno) se manifiestan escépticos sobre la movida. Dado que no tiene sentido tener el CEO al otro lado del planeta, sospechan que esto anticipa la mudanza de todo el grupo y no exactamente por razones de negocios. Algunos legisladores convocarán a audiencias y creen que la decisión fue sugerida por Cheney (CEO entre 1995 y enero de 2001). De paso, se busca profundizar acusaciones en cuanto a que la compañía malversó miles de millones en contratos militares a través de una subsidiaria, KBR, en Irak y Kuweit (en complicidad con funcionarios del emirato).

“Es lamentable”, opina Rodham Clinton, precandidata presidencial opositora. “Muchas empresas norteamericanas adoran obtener contratos sin licitación. Pero Halliburton va más lejos: saca del país al máximo ejecutivo sin explicaciones creíbles”. Su colega Byron Douglas (Nordakota) añade: “Quiero saber si la firma trata de eludir publicidad incómoda sobre sus turbios negocios con este gobierno”.

Analistas de Wall Street admiten que las implicaciones tributarias no son claras, si es que el grupo no acompaña al CEO y continúa siendo uno de los principales de su sector en EE.UU.-Canadá. Tampoco saben qué ganará Lesar. En verdad, Halliburton ya es una empresa “off shore”, incorporada en Delaware, un refugio extraterritorial para eludir impuestos, similar a Luxemburgo dentro de la Eurozona.

El diputado demócrata Henry Waxman (California), presidente del comité sobre supervisión y reformas está por llamar a audiencia para tratar las implicancias de la movida. El senador Charles Schumer (demócrata, Nueva York) observa que “este grupo ha estado sometido a escrutinio desfavorable y eso lo empeorará exponencialmente. Entonces ¿por qué hacen cosas así?”

El legislador estima que el congreso será severo al respecto. “¿Qué tributos o normas regulatorias pretenden sortear? No han resuelto esto de puro capricho. Podrían dedicarse más a Oriente medio sin esta clase de mudanzas”. El departamento de justicia y la Securities & exchange commission (comisión de valores) viene investigando desde 2005 negocios turbios de Halliburton y KBR en Irak, Kuweit y Nigeria. Tal vez por eso, el grupo planea separar a KBR.

Halliburton ha sido el mayor contratista privado del Pentágono en Irak, merced a la acción de Cheney. Eso la puso en el centro de las críticas por errores en la conducción de la guerra. Aparte, manejó incorrectamente miles de millones en contratos para edificar bases, servir raciones y proveer otros apoyos logísticos desde la invasión de hace casi cuatro años.

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