Bank of America cedía 24%, pero un fulminante rescate frenó la caída
Mientras Paul Volcker atacaba los supermercados financieros, Henry Paulson le daba US$ 140.000 millones a BofA y el senado aprobaba destrabar los US$ 344.000 millones restantes del megarrescate. Otro triunfo de Wall Street sobre Barack Obama.
16 enero, 2009
En verdad, Obama y George W. Bush habían pedido destrabar la mitad remante del fondo para manejar activos tóxicos (TARP). Por otro canal, otro asesor del presidente electo, Lawrence Summers, anunciaba que se asignarán unos US$ 100.000 millonea adiciones para asistir deudores hipotecarios. O sea, se usará todavía más dinero de los contribuyentes.
</p>
<p> Entretanto, Sheila Bair, presidente de la agencia federal para seguros a depósitos (FDIC), declaró no saber nada sobre una estatización de bancos claves en el sistema. Pero no frenó versiones circulantes en el mercado, atribuidas al gobierno entrante. “Me sorprendería mucho que sucediera algo así”, señaló a varios medios la ortodoxa funcionaria. Se le había preguntado si su entidad intervendría en una nacionalización o estatización de los principales bancos norteamericanos. Para entonces, la bolsa neoyorquina trocaba pérdidas de hasta 2,5% en avances de hasta 1,5%.</p>
<p> En verdad, las autoridades reguladoras tomaron control o acciones en veinticinco entidades financieras durante 2008. Era la mayor cantidad desde 1993.Al lanzarse en megarescate de US$ 700.000 millones (fin de octubre), una suma de malas hipotecas, embargos e iliquidez crediticia castigó ingresos y utilidades de la banca.</p>
<p> Esta misma semana, Citigroup y BofA se derrumbaron porque precisan más inyecciones de efectivo. El primero, por su mal cuarto trimestral (US$ 10.000 millones en rojo), pese a los US$ 45.000 millones ya recibidos, para solventar su achicamiento. El segundo, para asimilar la compra de Countrywide Financial –inmobiliaria- y Merrill Lynch, una firma de valores. Ahora, las presiones del mercado consiguen una inyección de US$ 15/20.000 millones para BofA más la asunción por el estado (hacienda) de quebrantos entre 115 y 120.000 millones. Todo un regalo para una entidad cuya capitalización bursátil no sube de US$ 42.000 millones, lo cual no le impidió pagar 46.000 millones por un clavo, Merrill Lynch.</p>
<p> Aludiendo a las crecientes presiones del negocio financiero para obtener nuevos rescates Bair admitió que “vivimos tiempos extraordinarios y no descarto casi nada. Máxime si se trata de acudir al departamento federal de hacienda. Pero el congreso es otro cantar”. No obstante, reiteró no haber oído propuestas estatizadotas. Otros analistas sospechan que ideas de este tipo tal vez circulen en el grupo de trabajo dirigido por Paul Volcker. Mientras, en el otro “hombre enfermo”, Citigroup, se pone en tela de juicios la continuidad de Vikram Pandit. </p>