Bancos fuertes, bancos débiles

Según las pruebas de salud a que sometieron a los bancos estadounidenses, hay 9 en condiciones bastante buenas y 10 que necesitan capitalizarse si no quieren al gobierno en su directorio.

8 mayo, 2009

Las pruebas &aacute;cidas (stress tests) cuyos resultados dio a conocer ayer la administraci&oacute;n de Obama pintan un paisaje variopinto de problemas en el negocio bancario de la naci&oacute;n y, por primera vez, trazan una clara l&iacute;nea divisoria en el negocio de las finanzas. <br />
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De un lado hay instituciones como JPMorgan Chase y Goldman Sachs, considerados por los reguladores m&aacute;s s&oacute;lidos que sus pares &ndash; tal vez suficientemente s&oacute;lidos como para repagar los miles de millones de los rescates y hasta evadir el control oficial. <br />
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De otra parte hay instituciones m&aacute;s d&eacute;biles como Bank of America, que ahora afronta el gran desaf&iacute;o de reunir capital por su cuenta o aceptar m&aacute;s inferencia del gobierno, con todo lo que eso traiga aparejado. No hay mucho tiempo: los bancos tienen s&oacute;lo hasta el 8 de junio para presentar sus planes a los reguladores. En cuanto la Reserva Federal dio a conocer los resultados de las pruebas, los bancos iniciaron una carrera para reunir dinero. <br />
A grandes rasgos, las pruebas sugieren que los bancos est&aacute;n en mejores condiciones de lo que se tem&iacute;a. De los 19 bancos m&aacute;s grandes, que se sientan sobre dos tercios de todos los dep&oacute;sitos, 9 recibieron certificado de buena salud. Los otros 10 deber&aacute;n juntar, entre todos, US$ 75.000 millones como un colch&oacute;n que los proteja de posibles p&eacute;rdidas si la econom&iacute;a se deteriora m&aacute;s. Esa cantidad es muy inferior a la que muchos hab&iacute;an anticipado. Pero las posibles p&eacute;rdidas que los reguladores federales proyectan, incluso en los bancos m&aacute;s sanos, son escalofriantes. <br />
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Seg&uacute;n los peores escenarios, los 19 bancos podr&iacute;a sufrir p&eacute;rdidas por US$ 600.000 millones de aqu&iacute; a 2010, adem&aacute;s de los cientos de miles de millones que ya se vaporizaron en esta crisis financiera. Aproximadamente 9% de los pr&eacute;stamos podr&iacute;an ir a p&eacute;rdida (una cifra todav&iacute;a m&aacute;s alta de la que se vivi&oacute; durante la Gran Depresi&oacute;n del 29). Uno de cada cinco pr&eacute;stamos de tarjeta de cr&eacute;dito podr&iacute;a resultar impago, m&aacute;s del doble de la cl&aacute;sica tasa de p&eacute;rdida. Aproximadamente una de cada diez hipotecas podr&iacute;an no ser repagadas. <br />
Las pruebas dejan, adem&aacute;s, algunas preguntas sin respuestas. La m&aacute;s grande: &iquest;Qu&eacute; pasa si la recesi&oacute;n resulta ser peor que la peor situaci&oacute;n imaginada, y las p&eacute;rdidas de los bancos comienzan a crecer? Los resultados sugieren que los grandes rescates se terminaron para los bancos. Pero muchos se preguntan si los bancos estar&aacute;n en condiciones de dar los pr&eacute;stamos que se necesitan para revivir el crecimiento, <br />
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