BAI: la masa global de derivados alcanza ya US$ 516 billones

En una divisa más fuerte, serían € 349 billones. Sea como fuere, la cifra estimada por el Banco de Ajustes Internacionales (BAI, Basilea) representa más de 41 veces el producto bruto interno norteamericano.

23 noviembre, 2007

De acuerdo con el informe del “banco central de bancos centrales”, este mercado de aire caliente creció al mayor ritmo en por lo menos nueve años. El cálculo corresponde al fin del primer semestre de 2007. Los derivados son contratos de cobertura armados mediante complejos instrumentos matemáticos llamado derivativos. En ciertos casos, sus activos de sostén representan apenas 2 a 4% del valor nominal.

Pases de créditos de mala calidad y en cese de pago, o sea intentos de proteger a inversores y especuladores contra moras, encabezan la expansión de esos activos ficticios. Sólo en enero-junio, crecieron 49% y totalizaban US$ 43 billones en deudas (€ 29 billones).

Entretanto, los derivados sobre deuda titulizada, especulaciones cambiarias, acciones y tasas avanzaron 25% en seis meses. Este monto y el anterior son los mayores desde que el BAI empezó a llevar estadísticas. La razón es estremecedoramente simple: las crisis de malas hipotedas e iliquidez global –que los grandes jugadores conocían de antemano- alimentan coberturas de riesgo asociadas a derivados. No en vano, Alemania e Italia definen como “langostas” a los fondos expertos en estos contratos.

“El ritmo de crecimiento en ese segmento operativo supera de lejos el de otras categorías”, señala el trabajo del BAI. A su vez, “los pases de créditos en mora significan 88% de los derivados en ese segmento”. Pero ocurre, además, que los montos de activos básicos en riesgo de mora o cese de pagos subieron 145% entre julio de 2006 y junio de 2007, y alcanzaban US$ 721.000 millones (€ 487.000 millones).

En síntesis, “el total de derivados en riesgo a corto plazo era US$ 11,1 billones (€ 7,5 billones)”, señala la entidad creada en 1930 para manejar deudas soberanas generadas por la guerra de 1914/8 y, después, regular bancos centrales y mercados fiancieros. Con el tiempo, el BAI ha quedado reducido a un organismo estadigráfico y al comité de Basilea, que dicta normas de disciplina contables, por lo común anacrónicas.

Los derivados sobre tasas de interés siguieron formando el mayor mercado. Al 30 de junio habían subido 19% y sumaban US$ 347 billones (€ 234 billones) en saldos pendientes, Por su parte, los pases en una sola moneda representaban 79% del mismo segmento.

De acuerdo con el informe del “banco central de bancos centrales”, este mercado de aire caliente creció al mayor ritmo en por lo menos nueve años. El cálculo corresponde al fin del primer semestre de 2007. Los derivados son contratos de cobertura armados mediante complejos instrumentos matemáticos llamado derivativos. En ciertos casos, sus activos de sostén representan apenas 2 a 4% del valor nominal.

Pases de créditos de mala calidad y en cese de pago, o sea intentos de proteger a inversores y especuladores contra moras, encabezan la expansión de esos activos ficticios. Sólo en enero-junio, crecieron 49% y totalizaban US$ 43 billones en deudas (€ 29 billones).

Entretanto, los derivados sobre deuda titulizada, especulaciones cambiarias, acciones y tasas avanzaron 25% en seis meses. Este monto y el anterior son los mayores desde que el BAI empezó a llevar estadísticas. La razón es estremecedoramente simple: las crisis de malas hipotedas e iliquidez global –que los grandes jugadores conocían de antemano- alimentan coberturas de riesgo asociadas a derivados. No en vano, Alemania e Italia definen como “langostas” a los fondos expertos en estos contratos.

“El ritmo de crecimiento en ese segmento operativo supera de lejos el de otras categorías”, señala el trabajo del BAI. A su vez, “los pases de créditos en mora significan 88% de los derivados en ese segmento”. Pero ocurre, además, que los montos de activos básicos en riesgo de mora o cese de pagos subieron 145% entre julio de 2006 y junio de 2007, y alcanzaban US$ 721.000 millones (€ 487.000 millones).

En síntesis, “el total de derivados en riesgo a corto plazo era US$ 11,1 billones (€ 7,5 billones)”, señala la entidad creada en 1930 para manejar deudas soberanas generadas por la guerra de 1914/8 y, después, regular bancos centrales y mercados fiancieros. Con el tiempo, el BAI ha quedado reducido a un organismo estadigráfico y al comité de Basilea, que dicta normas de disciplina contables, por lo común anacrónicas.

Los derivados sobre tasas de interés siguieron formando el mayor mercado. Al 30 de junio habían subido 19% y sumaban US$ 347 billones (€ 234 billones) en saldos pendientes, Por su parte, los pases en una sola moneda representaban 79% del mismo segmento.

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