Ahora, la Reserva Federal quiere comprar deuda no titulizada
Mientras los mercados financieros y bursátiles siguen turbulentos, el banco central estadounidense analiza con hacienda otro esquema para reavivar el crédito. Tomando deuda no titulizada, agravará la herencia que deja al próximo gobierno.
8 octubre, 2008
Con bastante menos turbulencia que el lunes, el martes los mercados seguían en descenso, con excepciones. En Oriente, hubo bajas en Tokio (-3,03%) y Hong Kong (-4,97%), pero Singapur subió 0,43%. En Europa occidental, cedió Fráncfort (-1,12%) y avanzó Londres (+0,35%). Cruzando el Atlántico, empero, se ampliaban las bajas. Así sucedía en San Pablo (5,27%), el Dow Jones 30 (-5,11%), el Nasdaq compuesto (-5,80%) y el Standard&Poor’s 500 (-5,74%). El euro remontó a US$ 1,36, mientras los crudos se mantenían entre US$ 84,70 (Brent, Londres) y 88,80 (tejanos medios, Nueva York).
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Estos descensos finales sugieren que ciertas “innovaciones” caen mal. Por ejemplo, una propuesta que Benjamin Bernanke discute con el departamento de hacienda (Henry Paulson), la Reserva Federal compraría una vasta masa de papeles comerciales de corto plazo, sin respaldo en bonos. Es un recurso que las empresas emplean para financiar el giro diario. Si esto se aprueba, el emisor llegará más cerca que nunca a prestarle directamente al sector privado. </p>
<p>La iniciativa, como es habitual en la era de George W. Bush, pondría en riesgo aun más dinero de los contribuyentes. En verdad, refleja la desesperación de Paulson, Bernanke y otros ante el virtual agotamiento del crédito asequible… por culpa de ellos mismos. El pergeño se conoció mientras las turbulencias del lunes se contagiaban al martes –algo atenuadas- vía mercados orientales: Tokio bajaba 3% y Hong Kong 5%. </p>
<p>En el mundo norteamericano real, la gente comienza a limitar gastos no indispensables de todo tipo. Ya en septiembre, la desocupación urbana tocó 6,1%, pues el sector privado eliminó empleos más que en cualquier mes en cinco años. El declive de precios petroleros, a US$ 87,80 el barril en Nueva York trasunta en parte temores de la recesión afecte la demanda de productos primarios. </p>
<p>Este último intento de Bernanke busca renovar el flujo crediticio del cual depende la economía. Según ocurrió con el rescate votado el viernes, pocos le creen. Presentado como otra urgente necesidad, el esquema permitiría al banco central comprar papeles comerciales no titulizados. En esencia, pagarés a cortísimo plazo emitidos por bancos y otras entidades. Obviamente, será otra inyección de fondos sin respaldo. </p>
<p>El mercado para esa clase de deuda virtualmente quedó suspendido la semana pasada. Muchas compañías grandes ya no pueden tomar prestado a más de 24 horas (“<em>call</em>”) por vez. El volumen de esa deuda sin respaldo totalizaba US$ 1,6 billones al 30 de septiembre, 11% menos que tres semanas antes. Esta ausencia de crédito ha persistido más acá de aprobado el rescate de deuda titulizada por US$ 694.000 millones. </p>
<p>La Casa Blanca promueve nuevos y radicales esfuerzos para apuntalar el tambaleante sistema financiero, pero no la economía física. Comprar papeles comerciales puede crearle a la RF arduos conflictos de interés, pues proteger semejante cartera chocaría con su misión primordial: promover precios estables y bajo desempleo. </p>
<p>La RF “podría convertirse en prestamista de última instancia tomando papeles de alto riesgo” piensa Vincent Reinhart, ex asesor de Alan Greenspan y Bernanke. El banco central “ya ha estirado al máximo sus recursos, otorgando miles de millones a corto plazo a bancos, firmas de Wall Street y fondos de mercado monetario”. Las dos últimas categorías contienen alto grado de especulación. Lo malo es que, para solventar este festival de deuda titulizada o no, la RF no tiene más remedio que continuar imprimiendo dólares con cada vez menos respaldo y poder adquisitivo, expuestos a un desinfle. Semejante legado le será letal al próximo gobierno, por lo que el esquema despierta fuertes dudas políticas. </p>