Acuerdo petrolero y geopolítico- entre China e India

Ambos gigantes harán en adelante ofertas conjuntas para comprar hidrocarburos. Se trata de una compatibilización entre políticas de países que, juntos, representan 2.300 millones de habitantes. O sea, 33% de la población mundial.

16 enero, 2006

Este acuerdo significa que Beijing y Delhi cesan de competir como compradores en los mercados mundiales de crudos, gas, carbón y, posteriormente, otros insumos. Esto no afecta directamente a la generación energética en sí, que –contra lo que está hoy de moda- debe diferenciarse de los combustibles.

La China National Petroleum Corporation (CNPC) y la Indian Oil & Natural Gas Corp. (IONGC) buscan “formas de competir adecuadas al siglo XXI. No al XIX”. Maní Aiyar, ministro indio del ramo aludía a la división de Asia, salvo el imperio otomano, entre esferas de influencia rusa y británica, que culminó en la partición de Persia (1907).

Cabe recordar que China e India llegaron a la guerra en 1962, cuando Beijing ocupó el extremo noreste de Ladaj. Antes, en 1955, la anexión de Tibet casi desencadena un enfrentamiento armado. Por otra parte, China todavía no renuncia a sus seculares aspiraciones sobre Nepal –donde operan guerrillas maoístas- , Sikkim, Bhután y la ex agencia fronteriza del noreste.

Por supuesto, Washington, Londres, Amsterdam, las grandes compañías occidentales, sus aliados árabes y sus analistas rentados se muestran perplejos. Por de pronto, el “Financial Times” (vocero de esos intereses) se ha lanzado al ataque. “Resulta poco probable que China acepte compartir con India el papel dominante que tiene hoy en la región como importador de hidrocarburos”, presume el periódico color salmón.

Por el contrario, la visita de Aybar a Beijing parece cerrar dos generaciones de enfrentamientos geopolíticos. Como lo señalaba Ma Kai, ministro chino de reformas económicas, “India ya no cumple un papel legado por el difunto Imperio Británico”. En realidad, las primeras conversaciones sobre el pacto petrolero datan de abril, cuando el primer ministro Wen Jiabao visitó Delhi.

Fuentes indias estiman que, en una próxima fase, se abrirán contactos con Bangla Desh (160 millones de habitantes, importador neto de hidrocarburos). En lo tocante al otro jugador regional, Pakistán, hay un problema: su estrecha relación con Estados Unidos. Observadores brasileños, japoneses e italianos llaman la atención sobre otro nexo entre China e India: sus respectivos convenios petroleros con Irán, Rusia y los países productores de Asia central.

Este acuerdo significa que Beijing y Delhi cesan de competir como compradores en los mercados mundiales de crudos, gas, carbón y, posteriormente, otros insumos. Esto no afecta directamente a la generación energética en sí, que –contra lo que está hoy de moda- debe diferenciarse de los combustibles.

La China National Petroleum Corporation (CNPC) y la Indian Oil & Natural Gas Corp. (IONGC) buscan “formas de competir adecuadas al siglo XXI. No al XIX”. Maní Aiyar, ministro indio del ramo aludía a la división de Asia, salvo el imperio otomano, entre esferas de influencia rusa y británica, que culminó en la partición de Persia (1907).

Cabe recordar que China e India llegaron a la guerra en 1962, cuando Beijing ocupó el extremo noreste de Ladaj. Antes, en 1955, la anexión de Tibet casi desencadena un enfrentamiento armado. Por otra parte, China todavía no renuncia a sus seculares aspiraciones sobre Nepal –donde operan guerrillas maoístas- , Sikkim, Bhután y la ex agencia fronteriza del noreste.

Por supuesto, Washington, Londres, Amsterdam, las grandes compañías occidentales, sus aliados árabes y sus analistas rentados se muestran perplejos. Por de pronto, el “Financial Times” (vocero de esos intereses) se ha lanzado al ataque. “Resulta poco probable que China acepte compartir con India el papel dominante que tiene hoy en la región como importador de hidrocarburos”, presume el periódico color salmón.

Por el contrario, la visita de Aybar a Beijing parece cerrar dos generaciones de enfrentamientos geopolíticos. Como lo señalaba Ma Kai, ministro chino de reformas económicas, “India ya no cumple un papel legado por el difunto Imperio Británico”. En realidad, las primeras conversaciones sobre el pacto petrolero datan de abril, cuando el primer ministro Wen Jiabao visitó Delhi.

Fuentes indias estiman que, en una próxima fase, se abrirán contactos con Bangla Desh (160 millones de habitantes, importador neto de hidrocarburos). En lo tocante al otro jugador regional, Pakistán, hay un problema: su estrecha relación con Estados Unidos. Observadores brasileños, japoneses e italianos llaman la atención sobre otro nexo entre China e India: sus respectivos convenios petroleros con Irán, Rusia y los países productores de Asia central.

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