Acuerdo contra el lavado de dinero

Para evitar la entrada de fondos ilegales, 11 importantes bancos crearon un código de conducta común. De este modo, a partir de la adopción de una serie de medidas buscarán conocer mejor a su clientes.

30 octubre, 2000

(EFE).- Con la finalidad de evitar que sus actividades internacionales sean utilizadas con fines criminales, 11 grandes bancos de siete países han elaborado un código de conducta común, por lo que adoptarán las medidas necesarias para intentar aceptar únicamente a clientes cuyos fondos tengan origen legal.

En una rueda de prensa celebrada hoy (lunes 30), en Zurich, el Banco Unido de Suiza (UBS) presentó una lista de once directivas, elaboradas conjuntamente con otras 10 entidades y con la organización Transparency International, dedicada a la lucha contra la corrupción en todo el mundo.

Los participantes en este proyecto son la UBS y el Crédit Suisse (Suiza), el Banco Santander Central Hispano (España), el ABN Amro (Holanda), los estadounidenses Citibank, J.P. Morgan y Chase Manhattan, el Barclays y el HSBC, de Gran Bretaña, el Deutsche Bank (Alemania) y la Société Générale (Francia).

El objetivo de los bancos es protegerse de cualquier sospecha de lavado de dinero, impidiendo eventuales operaciones dudosas tanto en las plazas financieras de renombre como en los llamados paraísos fiscales de diferentes partes del mundo por parte de sus clientes privados.

Los bancos se comprometen a establecer medidas razonables para verificar la identidad del titular de la cuenta y a comprobar con mayor exactitud el origen de las transferencias de grandes cantidades de dinero, incluso cuando el cliente sea conocido por la entidad.

Igualmente, se señala que los poseedores de derechos económicos de cada cuenta deben ser “imperativamente identificados”, incluso en el caso de que el cliente desee permanecer anónimo y se haga representar por terceros para abrir una cuenta bancaria.

Los bancos deberán supervisar regularmente las posibles variaciones en el tipo de operaciones habituales que se realicen, por lo que se controlarán las transacciones y se obtendrá toda la información necesaria a través de medios de comunicación y con contactos regulares con los clientes.

El código indica además la necesidad de analizar cualquier actividad sospechosa o inusual y si no hay una explicación razonable se cancelaría la relación con el cliente o se informaría a las autoridades en caso de considerarse necesario.

Los bancos llevarán a cabo cambios en sus regulaciones en función de los nuevos informes sobre blanqueo de dinero que publiquen las autoridades.

Además pondrán en marcha un programa de entrenamiento para identificar y prevenir el blanqueo de dinero destinado a los empleados que tengan contacto con los clientes y retendrán todos los documentos relacionados con la lucha anticorrupción durante un mínimo de cinco años.

Para poder cumplir todas las medidas que incluye el código, los 11 bancos se comprometen a crear un departamento independiente y responsable para la prevención del blanqueo de dinero.

El objetivo final es formular principios que compliquen la labor a las personas corruptas que deseen introducir sus ganancias ilegales en el sistema bancario mundial.

El código ha sido bautizado como Principios de Wolfsberg, nombre del centro de formación de la UBS cerca del lago Constanza (norte de Suiza), donde se ha elaborado.

El profesor de derecho penal de Basilea Marc Pieth, presidente del grupo de trabajo de la Organización para la Cooperación y la Defensa de Europa para la lucha contra la corrupción, también ha participado en la creación de estas directivas.

Pieth resaltó que por primera vez varios bancos se han reunido alrededor de una mesa para fijar con detalle las reglas para “conocer a tu cliente” y dificultar la introducción de dinero procedente de la corrupción en el mercado financiero reglamentado.

(EFE).- Con la finalidad de evitar que sus actividades internacionales sean utilizadas con fines criminales, 11 grandes bancos de siete países han elaborado un código de conducta común, por lo que adoptarán las medidas necesarias para intentar aceptar únicamente a clientes cuyos fondos tengan origen legal.

En una rueda de prensa celebrada hoy (lunes 30), en Zurich, el Banco Unido de Suiza (UBS) presentó una lista de once directivas, elaboradas conjuntamente con otras 10 entidades y con la organización Transparency International, dedicada a la lucha contra la corrupción en todo el mundo.

Los participantes en este proyecto son la UBS y el Crédit Suisse (Suiza), el Banco Santander Central Hispano (España), el ABN Amro (Holanda), los estadounidenses Citibank, J.P. Morgan y Chase Manhattan, el Barclays y el HSBC, de Gran Bretaña, el Deutsche Bank (Alemania) y la Société Générale (Francia).

El objetivo de los bancos es protegerse de cualquier sospecha de lavado de dinero, impidiendo eventuales operaciones dudosas tanto en las plazas financieras de renombre como en los llamados paraísos fiscales de diferentes partes del mundo por parte de sus clientes privados.

Los bancos se comprometen a establecer medidas razonables para verificar la identidad del titular de la cuenta y a comprobar con mayor exactitud el origen de las transferencias de grandes cantidades de dinero, incluso cuando el cliente sea conocido por la entidad.

Igualmente, se señala que los poseedores de derechos económicos de cada cuenta deben ser “imperativamente identificados”, incluso en el caso de que el cliente desee permanecer anónimo y se haga representar por terceros para abrir una cuenta bancaria.

Los bancos deberán supervisar regularmente las posibles variaciones en el tipo de operaciones habituales que se realicen, por lo que se controlarán las transacciones y se obtendrá toda la información necesaria a través de medios de comunicación y con contactos regulares con los clientes.

El código indica además la necesidad de analizar cualquier actividad sospechosa o inusual y si no hay una explicación razonable se cancelaría la relación con el cliente o se informaría a las autoridades en caso de considerarse necesario.

Los bancos llevarán a cabo cambios en sus regulaciones en función de los nuevos informes sobre blanqueo de dinero que publiquen las autoridades.

Además pondrán en marcha un programa de entrenamiento para identificar y prevenir el blanqueo de dinero destinado a los empleados que tengan contacto con los clientes y retendrán todos los documentos relacionados con la lucha anticorrupción durante un mínimo de cinco años.

Para poder cumplir todas las medidas que incluye el código, los 11 bancos se comprometen a crear un departamento independiente y responsable para la prevención del blanqueo de dinero.

El objetivo final es formular principios que compliquen la labor a las personas corruptas que deseen introducir sus ganancias ilegales en el sistema bancario mundial.

El código ha sido bautizado como Principios de Wolfsberg, nombre del centro de formación de la UBS cerca del lago Constanza (norte de Suiza), donde se ha elaborado.

El profesor de derecho penal de Basilea Marc Pieth, presidente del grupo de trabajo de la Organización para la Cooperación y la Defensa de Europa para la lucha contra la corrupción, también ha participado en la creación de estas directivas.

Pieth resaltó que por primera vez varios bancos se han reunido alrededor de una mesa para fijar con detalle las reglas para “conocer a tu cliente” y dificultar la introducción de dinero procedente de la corrupción en el mercado financiero reglamentado.

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