Inexplicablemente, Halliburton sigue ganando contratos

El ejército acaba de otorgar a Kellogg Brown & Root, filial de Halliburton en aprietos financieros, un contrato por US$ 1.200 millones para reparaciones petroleras en Irak. Pero uno anterior ha sido suspendido por sobrefacturación.

20 enero, 2004

Nadie se explica cómo los ingenieros militares le dieron a KBR un nuevo
contrato, con el anterior en suspenso mientras Defensa y Hacienda investigan abusos
de precios en el abastecimiento de hidrocarburos kuwaitíes. Ahora se trata
de trabajar durante dos años en yacimientos meridionales.

El grupo Halliburton, donde Richard Cheney fue CEO hasta asumir la vicepresidencia,
no ha hecho más que generar críticas -inclusive internas- a George
W. Bush y su gobierno. Aparte de ser considerado la eminencia gris del presidente
en política exterior, se sospecha que Cheney sigue operando para la compañía
tejana,

Los propios auditores del Pentágono concluyeron, en diciembre, que KBR
parece haber sobrefacturado importaciones petroleras por US$ 61 millones al
gobierno federal. El mismo Bush sostuvo que la empresa deberá restituir
lo percibido de mas y, además, le pidió a Defensa un sumario separado.

Pero, a principios de enero, el ejército salió a exculpar a Halliburton
y KBR. Quizá para cubrirse a sí mismos (habían abonado
ya US$ 2.300 millones del contrato), los militares afirmaron que los precios
eran correctos. Esto dejó malparados a Bush, Defensa y el Pentágono,
ya en plena campaña electoral.

Las cosas se complicaron todavía más cuando, el jueves 15, auditores
castrenses le pidieron al inspector general del Pentágono “investigar
presuntas irregularidades en la concesión de contratos”. Ahora,
el otorgamiento de nuevas obras surte tres efectos: (a) Halliburton niega culpas
apoyándose en el nuevo contrato, (b) el tema se potencia en la campaña
y (c) aumentan presiones alrededor de Bush contra Cheney, su compañero
de fórmula.

Gestores especializados en procuración se manifestaron sorprendidos
por la conducta del cuerpo de ingenieros militares. Ante una lluvia de cuestionamientos,
el ejército sólo atinó de “aclarar” que, si Halliburton-KBR
fuesen hallados culpables en el contrario anterior, el nuevo sería anulado.
Mientras tanto, los tejanos seguirán ganando dinero

Nadie se explica cómo los ingenieros militares le dieron a KBR un nuevo
contrato, con el anterior en suspenso mientras Defensa y Hacienda investigan abusos
de precios en el abastecimiento de hidrocarburos kuwaitíes. Ahora se trata
de trabajar durante dos años en yacimientos meridionales.

El grupo Halliburton, donde Richard Cheney fue CEO hasta asumir la vicepresidencia,
no ha hecho más que generar críticas -inclusive internas- a George
W. Bush y su gobierno. Aparte de ser considerado la eminencia gris del presidente
en política exterior, se sospecha que Cheney sigue operando para la compañía
tejana,

Los propios auditores del Pentágono concluyeron, en diciembre, que KBR
parece haber sobrefacturado importaciones petroleras por US$ 61 millones al
gobierno federal. El mismo Bush sostuvo que la empresa deberá restituir
lo percibido de mas y, además, le pidió a Defensa un sumario separado.

Pero, a principios de enero, el ejército salió a exculpar a Halliburton
y KBR. Quizá para cubrirse a sí mismos (habían abonado
ya US$ 2.300 millones del contrato), los militares afirmaron que los precios
eran correctos. Esto dejó malparados a Bush, Defensa y el Pentágono,
ya en plena campaña electoral.

Las cosas se complicaron todavía más cuando, el jueves 15, auditores
castrenses le pidieron al inspector general del Pentágono “investigar
presuntas irregularidades en la concesión de contratos”. Ahora,
el otorgamiento de nuevas obras surte tres efectos: (a) Halliburton niega culpas
apoyándose en el nuevo contrato, (b) el tema se potencia en la campaña
y (c) aumentan presiones alrededor de Bush contra Cheney, su compañero
de fórmula.

Gestores especializados en procuración se manifestaron sorprendidos
por la conducta del cuerpo de ingenieros militares. Ante una lluvia de cuestionamientos,
el ejército sólo atinó de “aclarar” que, si Halliburton-KBR
fuesen hallados culpables en el contrario anterior, el nuevo sería anulado.
Mientras tanto, los tejanos seguirán ganando dinero

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