2004: ¿adiós a las tasas bajas en EE.UU. y la UE?

Analistas y firmas de valores temen que, desde enero, la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra empiecen a abandonar el crédito barato. Vale decir, tasas referenciales bajas e incentivos bursátiles.

29 octubre, 2003

Por ahora, hay consenso en que el Sistema de la Reserva Federal (SRF) no tocará
los dos tipos básicos que maneja; o sea fondos federales mayoristas, interbancario
a 24 horas (ambos en 1% anual, mínimo desde mediados de 1958). Tampoco
se cree que el BCE y el emisor británico suban sus tasas referenciales.

El propio SRF mantiene niveles mínimos porque todavía cree que hay
“riesgos deflacionarios”, pese a los crecientes déficit encadenados:
presupuesto, comercio exterior, asistencia social y pagos corrientes. Pero la
mayoría de los analistas cree que en 2004 será otro cantar.

El caso de la Reserva Federal es clave. Especialmente, porque sus autoridades
creen que el gobierno -embarcado en la reelección de George W. Bush, cuyas
probabilidades siguen bajando- y los mercados se pasan de optimismo. En otras
palabras, se teme que las esporádicas burbujas notadas desde julio se conviertan
en una sobrepreciación de activos. Sean de renta fija mínima (bonos),
sean de renta variable (acciones).

A criterio del SRF, el único sostén técnico del repunte económico
reside en el gasto de los consumidores. A su vez, apoyado en un creciente (y ya
altísimo) endeudamiento, gracias al crédito barato -hipotecario,
para consumo- y los efectos del segundo paquete de recortes tributarios, etapa
2003.

Esta peculiar combinación de factores explica la euforia de la Casa Blanca
y de los gurúes en Wall Street, que estiman 5 a 7% de aumento anualizado
al PBI en el III trimestre. Aceptando una proyección de 5,4% para julio-septiembre,
el SRF cree que la tasa del trimestre actual rondará 4%.

En primer lugar, el flujo de efectivo al bolsillo del público que más
compra (los sectores de altos ingresos), causado por US$ 20.000 millones en rebajas
impositivas, agotó sus efectos a mediados de septiembre. Recién
se repetirá en el II trimestre de 2004. En segundo término, el dólar
débil presiona contra el consumo de bienes importados, porción nada
desdeñable en el total de la clase alta y la media alta.

Entretanto, el optimismo accionario no parece estable. El cimbronazo ocasionado
por Microsoft afectó a casi toda la gama tecnológica e informática
a ambos lados del Atlántico. “Un 4% promedio para todo 2004 en EE.UU.
sería muy bueno. Salvo para un mercado con nostalgias de la burbuja 1998/2000,
que no se conforma con ganancias razonables”, comentaba un econometrista
de Crédit Suisse First Boston en Londres.

De una manera u otra, si las economías avanzadas están en verdad
recobrándose, los tiempos del crédito barato – en términos
de inflación — quizás estén agotándose. Al menos,
en la visión de los principales emisores. Por ejemplo, muchos esperan para
2004 alzas de tasas en Gran Bretaña, Eurolandia (los doce adherentes a
la moneda común) y Australia.

Inclusive en China, una economía emergente y la de mayor crecimiento
en el mundo -que ha escapado a la recesión iniciada con la crisis sistémica
de 1997/8 en el sudeste asiático-, el sector financiero cree que la deflación
ya no es problema, pero sí lo será la inflación. Sólo
Japón, que recién sale de una recesión iniciada en 1991,
escapa a este cambio de clima.

En cuanto a los tipos básicos en sí, las proyecciones 2004/5
varían según el área. Tomando un reciente informe del Deutsche
Bank, las tasas básicas británicas volverían a 4% anula
(hoy están en 3,5%) a medidos del año próximo. Las dos
tasas controladas por el SRF norteamericano, ahora en 1%, remontaría
hasta 2% en el curso de 2004. Los del BCE, por el contrario, se quedarían
en 2% anual hasta 2005. En lo tocante al Bank of Japan (central), no tiene motivos
para abandonar su “minitasa” de 0,1% anual.

Por ahora, hay consenso en que el Sistema de la Reserva Federal (SRF) no tocará
los dos tipos básicos que maneja; o sea fondos federales mayoristas, interbancario
a 24 horas (ambos en 1% anual, mínimo desde mediados de 1958). Tampoco
se cree que el BCE y el emisor británico suban sus tasas referenciales.

El propio SRF mantiene niveles mínimos porque todavía cree que hay
“riesgos deflacionarios”, pese a los crecientes déficit encadenados:
presupuesto, comercio exterior, asistencia social y pagos corrientes. Pero la
mayoría de los analistas cree que en 2004 será otro cantar.

El caso de la Reserva Federal es clave. Especialmente, porque sus autoridades
creen que el gobierno -embarcado en la reelección de George W. Bush, cuyas
probabilidades siguen bajando- y los mercados se pasan de optimismo. En otras
palabras, se teme que las esporádicas burbujas notadas desde julio se conviertan
en una sobrepreciación de activos. Sean de renta fija mínima (bonos),
sean de renta variable (acciones).

A criterio del SRF, el único sostén técnico del repunte económico
reside en el gasto de los consumidores. A su vez, apoyado en un creciente (y ya
altísimo) endeudamiento, gracias al crédito barato -hipotecario,
para consumo- y los efectos del segundo paquete de recortes tributarios, etapa
2003.

Esta peculiar combinación de factores explica la euforia de la Casa Blanca
y de los gurúes en Wall Street, que estiman 5 a 7% de aumento anualizado
al PBI en el III trimestre. Aceptando una proyección de 5,4% para julio-septiembre,
el SRF cree que la tasa del trimestre actual rondará 4%.

En primer lugar, el flujo de efectivo al bolsillo del público que más
compra (los sectores de altos ingresos), causado por US$ 20.000 millones en rebajas
impositivas, agotó sus efectos a mediados de septiembre. Recién
se repetirá en el II trimestre de 2004. En segundo término, el dólar
débil presiona contra el consumo de bienes importados, porción nada
desdeñable en el total de la clase alta y la media alta.

Entretanto, el optimismo accionario no parece estable. El cimbronazo ocasionado
por Microsoft afectó a casi toda la gama tecnológica e informática
a ambos lados del Atlántico. “Un 4% promedio para todo 2004 en EE.UU.
sería muy bueno. Salvo para un mercado con nostalgias de la burbuja 1998/2000,
que no se conforma con ganancias razonables”, comentaba un econometrista
de Crédit Suisse First Boston en Londres.

De una manera u otra, si las economías avanzadas están en verdad
recobrándose, los tiempos del crédito barato – en términos
de inflación — quizás estén agotándose. Al menos,
en la visión de los principales emisores. Por ejemplo, muchos esperan para
2004 alzas de tasas en Gran Bretaña, Eurolandia (los doce adherentes a
la moneda común) y Australia.

Inclusive en China, una economía emergente y la de mayor crecimiento
en el mundo -que ha escapado a la recesión iniciada con la crisis sistémica
de 1997/8 en el sudeste asiático-, el sector financiero cree que la deflación
ya no es problema, pero sí lo será la inflación. Sólo
Japón, que recién sale de una recesión iniciada en 1991,
escapa a este cambio de clima.

En cuanto a los tipos básicos en sí, las proyecciones 2004/5
varían según el área. Tomando un reciente informe del Deutsche
Bank, las tasas básicas británicas volverían a 4% anula
(hoy están en 3,5%) a medidos del año próximo. Las dos
tasas controladas por el SRF norteamericano, ahora en 1%, remontaría
hasta 2% en el curso de 2004. Los del BCE, por el contrario, se quedarían
en 2% anual hasta 2005. En lo tocante al Bank of Japan (central), no tiene motivos
para abandonar su “minitasa” de 0,1% anual.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades