Esas aguas hacen que la capa de hielo pierda entre 63.000 y 80.000 millones de toneladas de su masa por año y pierdan al año 10 metros de espesor, una reducción comprobada con mediciones satelitales.
Esto importa más porque la Antártida Oriental fluye hacia afuera a través de la región del glaciar Totten y su superficie, que es más grande que la de California. Si todo ese hielo desapareciera y terminara en el océano, las aguas subirían unos 3 metros y medio.