Latinoamérica y el Caribe están en los ojos del mundo tras haber sido golpeados duramente por el brote del coronavirus Covid-19, y convertirse en el foco principal, con más de 6.922.174 contagios registrados hasta el 27 de agosto, indicó el portal Statista; mientras que en Europa y Asia se han ido levantando gradualmente las medidas de confinamiento, la región parece no vislumbrar todavía esperanza de salir de la emergencia sanitaria.
Lo que no se esperaba, era que con esta pandemia iban a salir en evidencia todas las debilidades económicas y sociales de una manera tan alarmante, creándose un problema sanitario y de infraestructura nunca antes visto, mostrando la desigualdad que existe con las grandes economías del mundo.
En la región no se llega a la tasa recomendada por la OMS en cuanto a inversión en salud se refiere, que debería ser superior al 6% del PIB. Solo Chile invierte 4,5%, los demás países están muy por debajo, explicó el portal LR República con datos obtenidos de la Cepal.
En Latinoamérica los principales retos con la pandemia están en garantizar los puestos de trabajo y el ingreso de las familias, ofreciendo una serie de incentivos y ayudas a las empresas para evitar su cierre; así, como programas asistenciales a los que no tienen un empleo formal. Según un estudio de la OIT el 53% de la fuerza laboral se encuentra en el mercado informal. Además, de fortalecer el sector salud y que más personas tengan acceso a los servicios asistenciales.
Según estimaciones del Banco Mundial la economía podría reducirse en 5.2% al finalizar el 2020. En su informe de junio sobre las “perspectivas económicas mundiales del banco” se prevé una recesión económica como no se había visto desde hace décadas y una reducción del producto per cápita de 3.6%. La economía de Estados Unidos se contraerá en un 6,1 % y en la zona del euro el PIB caerá en 9,1% este año.
Los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se han visto afectados por una contracción en la demanda, debido principalmente a las restricciones impuestas por los gobiernos para controlar la expansión de la pandemia, que sin embargo, gradualmente se están liberando.
Pero, ¿Cómo afecta esto a la región Latinoamérica y del Caribe? y, ¿Qué se puede hacer para sacar las economías a flote?
Por recomendaciones del director del grupo de perspectivas del BM, Ayhan Kose, se necesita mayor transparencia en las operaciones financieras, de gastos y el tema fiscal. Esto mejoraría la imagen para atraer inversiones y para posibles financiamientos que permitan fortalecer la región.
Cuando en el año 2000, se reunieron 189 países en Nueva York para firmar en la ONU el acuerdo que tendría como meta establecer los objetivos del milenio, (los cuales tenían como fecha límite el 2015), se acordó entre las metas para América Latina y el Caribe, la erradicación de la pobreza y fomentar una alianza para el desarrollo económico sustentable, además de incentivar la aplicación de nuevas tecnologías.
Aunque se pudo avanzar en muchos aspectos, todavía la región hoy en día enfrenta grandes desafíos, como el garantizar empleo digno para todos, sin distinción de género.
Todo el contexto a nivel mundial y la forma como la pandemia ha afectado las economías de las grandes potencias, repercute en América Latina por ser una región que depende mucho del comercio internacional y del financiamiento. En el portal de noticias VOA se hace referencia a el informe de la Cepal, estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), donde se estima una caída del 22% de las exportaciones hacia EEUU y del 14% para Europa, mayormente en petróleo, minería, manufacturas y el sector agrícola.
Entre las recomendaciones que da la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, está la de profundizar la integración regional y mantener la visión de lograr un bloque latinoamericano unido, pero para esto se deben superar varias barreras, tanto comerciales como políticas.