El incendio de la semana pasada en un edificio dedicado al outsourcing de ropa, produjo 110 víctimas fatales y una cantidad similar de heridos, en las afueras de la ciudad de Dhaka. Este lunes decenas de miles de trabajadores salieron a la calle a exigir mejores condiciones laborales, mientras las grandes firmas occidentales y chinas intentan desligarse del episodio.
Amirul Haque Amin, presidente de la Federación de Trabajadores, comentó que “cada vez que se produce un incendio, el gobierno comienza una investigación y las autoridades y los dueños de las fábricas pagan algún dinero y aseguran que mejorarán las condiciones de trabajo y seguridad. Pero nunca lo hacenâ€.
Este año ya hubo una huelga que duró una semana en reclamos de aumentos salariales y mejores condiciones laborales. Muchos trabajadores ganan US$40 mensuales. Algunas firmas como Calvin Klein, Tommy Hilfiger y Van Heusen se comprometieron a desarrollar programas de seguridad en Bangladesh. Gap anunció el mes pasado que lanzaría su propio programa de seguridad laboral.
La compañía china Li & Fung anunció que tenía un contrato para la provisión de vestidos con la fábrica incendiada, Tazreen Fashions, y planea llevar adelante su propia investigación y colaborar con las familias de las víctimas.
La firma europea C&A anunció que esperaba 220.000 camisetas destinadas al mercado brasileño. C&A sostiene que siempre audita las firmas contratadas, pero “la auditoría a Tazreen Fashions todavía no había llegadoâ€. Tanto GAP como Nike, American Eagle Outfitters y Carrefour se apresuraron a informar que no tenían contratos con la fábrica incendiada. Wal-Mart indicó que está investigando si sus productos estaban siendo fabricados ahí.
Munir Mashooqullah, fundador en New York de Synergies Worldwide, una compañía dedicada al outsourcing de ropa, sostiene que “si los consumidores no están dispuestos a pagar más, las compañías tampoco pueden invertir más en la manufacturaâ€. Synergies Worldwide tiene negocios en Bangladesh, Pakistán e India.