viernes, 22 de noviembre de 2024

Panorama sectorial de Mendoza desde una perspectiva laboral

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En 2021 hubo una recuperación en los indicadores laborales, aunque no homogénea.

En empleo, los sectores que tuvieron mayores variaciones (caída en 2020 y recuperación al año siguiente) fueron Construcción (que varía más en los ciclos económicos), y Restaurantes – Hoteles.

También Minería (por una política petrolera que no favorece su extracción). Un caso llamativo fue la Industria, que venía cayendo desde 2018, y comenzó su recuperación tempranamente en 2020, especialmente en rubros sustitutos de importación, beneficiados de una economía que se cerró más al mundo.

A Mendoza le fue peor que al promedio nacional, especialmente en empleo privado (con mayor caída en 2020), como explica el último informe del IERAL de la Fundación Mediterránea. Esa disminución se explica sectorialmente por Construcción (menos obra pública), Sector Agropecuario (cada vez escasean más los trabajadores en ese sector, indicio de su tendencia de menor rentabilidad), Minería (cae extracción de crudo, como ocurre en la mayoría de las otras provincias petroleras, con la notoria excepción de Neuquén, con Vaca Muerta), y Enseñanza (sujeto a la moderación en el gasto público provincial).

Para 2022, los pronósticos no son alentadores. El mundo no empujará como el año pasado: difícil que aumente más la movilidad de personas (casi está en niveles cercanos a la normalidad), las complicaciones que genera la guerra en Ucrania, y está la amenaza de mayores tasas de interés en EEUU, que puede impulsar el dólar hacia arriba. Tampoco ayudaría la economía argentina, que se mantiene con alta incertidumbre: peleas dentro del mismo gobierno, inflación alta y los métodos pocos eficaces para disminuirla, las dudas sobre la cotización del dólar, etc.

También están las políticas económicas contractivas, dadas la falta de recursos y la amenaza de una inflación creciente. Con este panorama, es difícil esperar incrementos sustanciales, tanto en empleo privado como en salarios netos de inflación.

Pensando en los sectores que influyeron en el peor desempeño en Mendoza, no se espera grandes cambios. En Agro, se aguarda una menor cosecha en sus principales cultivos. En petróleo, a pesar de sus altos precios internacionales, no se ven reflejados internamente, más el problema de la menor productividad en nuestra provincia.

Y no estamos en un periodo electoral, que implique mayor obra pública (a pesar de que el Presupuesto 2022 sí la prevee). Estamos en un periodo incierto y de posible estancamiento, confiando que no haya shocks adversos que compliquen aún más el panorama, y a la espera de elecciones 2023, con la llegada de una nueva administración, con poder suficiente para modificar el actual rumbo económico.

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