“Mujeres sin nombre”, aún siguen infrarrepresentadas

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Hay 2,5 más de noticias sobre hombres que sobre mujeres y el nombre de ellas aparece un 21% menos en los titulares.

La mención explícita al género a través de los calificativos “femenino” o “mujer” es 2,3 veces más frecuente en mujeres que en hombres, y ellos firman más.

En la Argentina es donde más se apela a este calificativo, con una diferencia de 2,46 veces.

Ser buena no es suficiente, la mujer debe ser excepcional para ser un referente, lo que redunda en el síndrome de la impostora y el burnout.

La política, la economía, el periodismo y el deporte, son terrenos de juego masculinos. Para realizar el informe ‘Mujeres sin nombre’, LLYC ha analizado más de 14 millones de noticias en los 12 países en los que está presente, entre ellos, la Argentina

¿Qué imagen de la mujer se refleja en los medios de comunicación? ¿Ha mejorado? ¿Con qué frecuencia y oportunidad protagonizan las piezas informativas? Estas son algunas de las preguntas que encuentran respuesta en el informe Mujeres sin nombre. Avances en la presencia de la mujer en medios de comunicación y el desafío pendiente’, elaborado por LLYC, a partir de un análisis del equipo de Deep Digital Business de la compañía realizado sobre más de 14 millones de noticias con mención explícita al género, en el último año, en los 12 países en los que la consultora está presente: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana.

Las conclusiones del estudio son claras: aunque se ha avanzado en la presencia y tratamiento de la mujer en los medios de comunicación, sigue siendo un desafío pendiente. Los datos revelan que ellas continúan infrarrepresentadas en las noticias (los hombres aparecen casi el triple); son más anónimas en los titulares; cuando aparecen, es más frecuente que haya una mención explícita a su género o a su familia y, además, firman menos. La economía, la política, el periodismo y el deporte son los sectores donde la brecha es más evidente.

Si quisiéramos ejemplificar los hallazgos detectados en el estudio, nos encontramos con una noticia que en general no mencionaría a la protagonista en el titular y, como mucho, se referiría a ella como una categoría secundaria con el apellido femenino. Leeríamos: “Una mujer podría ser la nueva presidenta de Estados Unidos”, en lugar de “Nombre real + apellido real, firme candidata a la presidencia de Estados Unidos”. Parece economía del lenguaje, pero lo cierto es que transmite sesgo, no es informativo e invisibiliza.

“La imagen de la mujer en los medios de comunicación está mejorando, pero todavía queda mucho recorrido. El tipo de referentes femeninos que estamos proyectando a las nuevas generaciones y futuros decisores sigue distorsionado. Seguimos hablando poco de ellas y a menudo de forma sesgada. Estoy convencida de que la visibilidad del talento femenino y de la mujer en general supone un acelerador de la igualdad”, asegura Luisa García, Chief Operating Officer (COO) y coordinadora del informe.

Nueve conclusiones

1.- La mujer está infrarrepresentada: aunque se ha detectado una mayor y mejor tratamiento informativo gracias a la aparición de corresponsalías de género, en el último año se han publicado 2,5 más noticias sobre hombres que sobre mujeres en los medios.

2.- Son mujeres sin nombre: el nombre propio de las mujeres aparece un 21% menos en titulares que el de hombres. Y es un 40% inferior en temáticas tan relevantes como el deporte, la ciencia, el liderazgo o el cine. El lector se sienta frente a noticias de mujeres sin nombre.

3.- Me apellido femenino: la mención explícita al género es 2,3 veces más frecuente en mujeres que en hombres. Cuanta mayor es la mención del “apellido femenino”, menor es la tendencia a citar el nombre propio de las protagonistas. Esta subordinación semántica las relega a un rol secundario y anecdótico. En la Argentina, es un 146% mayor (2,46 veces) ese calificativo “femenino”, siendo el país que más lo menciona de los 12 relevados.

4.- Los hombres firman más: en la mayoría de países, los hombres firman un 50% más de noticias que las mujeres. Las secciones de salud, sucesos y sociedades, donde más firman las mujeres, en torno al 45%, mientras que los hombres suelen escribir sobre economía, política, tecnología y deporte. En el caso de Argentina, los hombres firman un 86% más que las mujeres en promedio, entre todas las secciones, aunque también es el país con más artículos publicados sin autor reconocido (el 91% del total). En comparación con el resto de los países, en Argentina las mujeres firman menos, salvo en las secciones de Tecnología, Economía y Negocios, donde se sitúan en un nivel similar al promedio de los países relevados, aunque por debajo, siempre, de los hombres.

5.- Mujeres y sus familias, aún inseparables en las noticias: en los medios se menciona un 36% más a la familia en noticias sobre mujeres y lo hacen de manera cosificadora. Hay un 366% más de menciones a la familia en noticias sobre empresas asociadas a la mujer que al hombre (4 veces más), y un 191%en el caso de ciencia (2 veces más).

6.- La imagen todavía pesa: la moda se asocia más a noticias que refieren a la mujer que al hombre. El modo en que visten ellas se refleja en 1 de cada 25 noticias, un 20% más que cuando las noticias hablan de ellos.

7.- Doble victimización en la cobertura de violencia machista: se sigue poniendo foco en la víctima en vez de en el agresor. Se nombra casi 3 veces más a la mujer que al hombre cuando se habla de violencia y el doble en situaciones de acoso. Cuando se le menciona a él, es un 20% más probable que en el titular aparezca el término “mujer” en lugar de “hombre”. Y si las víctimas son expuestas por su nombre, el del agresor a menudo queda oculto por su alias.

8.- El deporte, terreno de juego masculino: del altísimo volumen de noticias que se publican sobre deporte solo un 5% menciona explícitamente a las mujeres. Las noticias que tratan sobre mujeres representan únicamente 1 de cada 20. De hecho, el fútbol es percibido como masculino en el 95% de los casos.

9.- Ser buena no es suficiente, debe ser excepcional: con mucha frecuencia, el referente de mujer que reflejan los medios es de éxito y excepcionalidad. Las noticias sobre mujeres políticas, por ejemplo, destacan un 50% más sus aciertos y minimizan sus errores en comparación con los dirigentes masculinos. Esto acentúa el síndrome de la impostora y del burnout en aquellas mujeres que se plantean tener mayor exposición y visibilidad.

 

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