viernes, 22 de noviembre de 2024

MBA 2020: una experiencia que requiere autodisciplina

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El estudio remoto necesita una conducta diferente del presencial. En casa, la estructura no la pone la institución sino el estudiante. Cómo extraer lo mejor de la modalidad y evitar riesgos

En septiembre pasado arrancaron las clases en el hemisferio boreal y los que planeaban un MBA con vida universitaria descubren que, si bien algunas clases serán presenciales, el grueso del programa se impartirá online.

David Lefebre, profesor del Imperial College Business School London, cree que debe ser una gran desilusión para los estudiantes tener que comenzar sus estudios en forma remota.

“Mi principal consejo es recomendarles que sean proactivos en su inserción en esta comunidad: hablen en las clases, participen en actividades extracurriculares, entablen relaciones con sus compañeros y comuniquen inmediatamente cualquier dificultad al personal administrativo”.

Para Leigh-Ann Perryman (Open University, Gran Bretaña) especialista desde hace años en educación a distancia, el cambio podría ser positivo. Según ella, el estudio online tiene cantidad de beneficios. El principal es que cada uno puede estudiar a su ritmo y en el momento que más le conviene. No obstante, insiste en la necesidad de tener disciplina, estructura y técnicas para evitar perder el tiempo, o recargarse de información o sufrir numerosas interrupciones digitales (como los mensajes o llamadas por whatsapp).

Perryman destaca la importancia de variar las tareas durante los periodos de estudio — leer, mirar y escuchar — para no estar todo el tiempo con los ojos pegados a la pantalla. Para quien tenga flexibilidad de horario, el consejo es encarar las tareas más pesadas en la mañana y las más fáciles, como mirar un video o escuchar un podcast, en la tarde.

Valérie Claude-Gaudillat (Audencia Business School, Nantes, Francia) recomienda incluir descansos y recreos informales para chatear con otros compañeros. “Es importante tener un espacio dedicado especialmente al estudio, donde no lleguen ruidos”.

El módulo de estudio online idealmente debería ser de no más de 30 minutos porque la fatiga y el aburrimiento inhiben el aprendizaje. Claro está que esto puede tropezar con los horarios de clase que cada institución impone a sus alumnos. No obstante, cada vez que sea posible habría que hacer un recreo. Claude-Gaudillat recomienda también cuidar la postura y buscar relajación mental y física. Y también reírse.” Asimismo, recomienda llevar un “diario de estudio”. Explica que, aunque parezca contradictorio en el mundo digital recomendar un cuaderno, el tomar notas fomenta la reflexión y el aprendizaje. Tomar notas es un hábito que no deberían descuidar sino reforzar.

Perryman insiste en la importancia de usar una comunicación respetuosa y desprovista de jerga, especialmente en materias con estudiantes provenientes de diferentes partes del mundo. “Tómense el tiempo que haga falta para entender la postura de los demás, ábranse a las diferencias y recuerden siempre que las conversaciones cara a cara son muy diferentes online”.

 

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