Para que la persona que toma una selfie pueda verse atractiva tendría que tener brazos de un metro y medio de longitud.
Según los resultados de una investigación publicada el primero de este mes en la revista JAMA Facial Plastic Surgery, un metro y medio es la distancia óptima para tomar retratos sin distorsionar los rasgos faciales. “Las selfies que se toman a 30 centímetros de la cara suelen resultar en una perspectiva forzada que hace que la nariz se vea 30% más ancha de lo que es”, explica Boris Paskhover, el cirujano plástico que dirigió el estudio.
Decidió confirmar sus sospechas luego de años de escuchar a sus pacientes protestar con el ancho que mostraba su nariz en una autofoto.
Para su estudio, la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California creó un modelo matemático para describir los efectos distorsivos de las selfies tomadas desde distintos ángulos y distancias.
Como sospechaban, comprobaron que la imagen de una cara tomada a la distancia estándar de un retrato no arroja una diferencia perceptible en el tamaño nasal. Sin embargo, las imágenes tomadas a 30 centímetros resultaban con un aumento nasal de 30% en los hombres y de 29% en las mujeres.
“La conclusión es que una selfie distorsiona las facciones faciales”, dice Paskhover. Su preocupación es difundir este descubrimiento para que la gente no gaste en una rinoplastía basándose en lo que le muestra una autofoto.