En todo el mundo los científicos advierten que la tierra ha estado rotando sobre su eje a mayor velocidad últimamente. En realidad, más rápido que nunca desde que se tienen registros. Varios científicos han comentado a la prensa este insólito fenómeno y algunos señalan que el año pasado hubo días más cortos que nunca.
Durante casi toda la historia de la humanidad, el tiempo ha sido marcado por un ciclo de 24 horas entre el día y la noche (con algunas alteraciones hechas por conveniencia ante el cambio de estaciones). Ese ciclo está gobernado por la velocidad con la que el planeta rota alrededor de su eje. Por ello, la longitud de un día se ha convertido en el estándar para marcar el tiempo: cada día dura aproximadamente 86.400 segundos. El ciclo día/noche es consistente a pesar de que en realidad varía un poco regularmente.
Varias décadas atrás, el desarrollo de relojes atómicos comenzó a permitir a los científicos registrar el paso del tiempo mediante incrementos increíblemente pequeños, que a su vez permiten medir la longitud de un día determinado en milisegundos. Y eso llegó al descubrimiento que la rotación del planeta es más variable de lo que antes se pensaba. Desde que comenzaron esas mediciones, los científicos también descubrieron que la Tierra estaba ralentando su rotación gradualmente (que se compensaba con la inserción de un segundo de vez en cuando) hasta el año pasado, cuando comenzó a rotar más rápido, tanto que algunos han comenzado a preguntarse si habrá necesidad de quitar un segundo este año, una sugerencia que no tiene precedentes. Los científicos también advirtieron que en julio del año pasado, más precisamente el 19 de julio, fue el día más corto jamás registrado: que 1,4602 milisegundos más corto que el estándar.
A los científicos planetarios no les preocupa el descubrimiento; saben que hay muchos factores que impactan en la rotación planetaria – como la fuerza de la luna, los niveles de nevadas y la erosión de las montañas. También han comenzado a preguntarse si el calentamiento global podría empujar a la Tierra a rotar más rápido a medida que los casquetes polares y las altas nieves comienzan a desaparecer. Por otro lado, los científicos en computación sí se preocupan por la aceleración porque gran parte de la tecnología moderna está basada en lo que describen como “tiempo verdadero”. Sumar un segundo negativo podría conducir a problemas y porque algunos sugieren cambiar los relojes del mundo del tiempo solar al tiempo atómico.