domingo, 22 de diciembre de 2024

India inmersa en una peste tremenda

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La segunda ola de la pandemia atacó con especial virulencia a la India.

La carnicería es impresionante. En las grandes ciudades los hospitales están superados. Personas gravemente enfermas hacen cola fuera tratando de conseguir oxígeno y los pacientes internados son acomodados de a dos por cama. . En las áreas rurales, generaciones enteras están siendo barridas por el virus y los habitantes de los pueblos mueren sin aire antes siquiera de ser diagnosticados. Los médicos, sin forma de tratar a los pacientes por escasez de oxígeno, están sugiriendo remedios caseros. La tragedia ha dejado al mundo mudo y temeroso de que surjan desde allí nuevas variantes que hagan peligrar el avance mundial contra el Covid 19.

Sin embargo, el Primer Ministro indio, Narendra Modi y su partido Bharatiya Janata (BJP) continúan negando la gravedad de una situación de la que son responsables. En los últimos meses, el gobierno no equipó a los hospitales con capacidad de producción de oxígeno, puso en primer lugar el programa internacional de venta de vacunas y en segundo la inmunización local y permitió grandes reuniones políticas y religiosas, incluso cuando la propagación del virus crecía.

Ahora, las cifras oficiales de muertes son imposibles de estimar. El gobierno informó un promedio de 3.000 diarias en abril, pero la realidad podría ser de cinco a diez veces mayor, o más.

Las autoridades siguen diciendo que no hay escasez de oxígeno, ni de camas, ni de vacunas y siguen promocionando tratamientos caseros. Mientras tanto, la policía contuvo a los que pedían por las redes sociales ayuda para combatir el Covid y el gobierno central no tiene un plan concreto para una emergencia que niega que exista.

En un país donde hay poca prensa independiente, hasta los medios controlados por Modi le están reclamando al presidente que ponga fin a sus mentiras.

 

 

 

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