viernes, 27 de diciembre de 2024

Hay agenda climática, pero aún queda mucho por hacer

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Mientras los líderes mundiales se reúnen en Dubái durante la COP28, la salud ha aterrizado por fin firmemente en la agenda del cambio climático con la celebración el 3 de diciembre del primer “día de la salud” en la cumbre anual de la ONU sobre el clima.

Por Kathryn Bowen, Annabelle Workman; Arthur Wyns; Rebecca Patrick y Sophie Robinson (*)

Nunca ha sido tan importante incluir la salud en los debates sobre el cambio climático. Las condiciones meteorológicas extremas amenazan la salud humana de diversas maneras, y esta intersección no hace sino empeorar a medida que los fenómenos meteorológicos extremos se hacen más probables con el cambio climático.

Dos de nosotros (Kathryn y Arthur) asistimos a la jornada sobre salud. Representa un momento crucial para el clima y la salud en la escena mundial, pero aún queda mucho trabajo por hacer.

Cómo afecta el cambio climático a nuestra salud
The Lancet publicó recientemente su último informe sobre los efectos del cambio climático en la salud, y las noticias no son buenas.

El informe reafirma que ya se están produciendo en todo el mundo muertes y heridos importantes debidas al cambio climático. Por ejemplo, las muertes relacionadas con el calor en personas mayores de 65 años aumentaron un 85 % en 2013-2022 en comparación con 1991-2000.

Los efectos del cambio climático sobre la salud son muy variados. Además de los daños causados por el calor extremo, catástrofes como sequías, inundaciones e incendios forestales pueden provocar la propagación de enfermedades infecciosas, exposición al humo de los incendios forestales, inseguridad alimentaria y mucho más.

Acontecimientos como estos también aumentan los problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático.

Las minorías y los grupos de riesgo sufren los peores efectos sobre la salud, que amplían las desigualdades sociales y sanitarias existentes.

Un momento crucial
Este año se han producido avances prometedores para abordar el impacto del cambio climático en la salud. En mayo, la Asamblea Mundial de la Salud se centró por primera vez en la salud y el cambio climático, e incluyó una mesa redonda sobre el papel de la comunidad sanitaria en la acción por el clima y la necesidad de mecanismos de financiación específicos.
En agosto, los ministros de Sanidad del G20 hicieron del clima y la salud una cuestión prioritaria y acordaron los primeros principios de alto nivel para la acción sanitaria y climática. Entre ellos se incluye la creación de sistemas sanitarios sostenibles y con bajas emisiones de carbono que ofrezcan una asistencia sanitaria de alta calidad, y la descarbonización de las cadenas de suministro sanitario.

Ahora, este día inaugural de la salud en la COP ha tratado de aumentar la visibilidad de los impactos del cambio climático en la salud, y movilizar fondos para una acción eficaz para que los países puedan prepararse y responder.

La jornada se centró en temas clave como las vías a través de las cuales el clima afecta a la salud, los beneficios para la salud de la reducción de emisiones, así como las necesidades, barreras y mejores prácticas para fortalecer sistemas de salud resistentes al clima.
Una mesa redonda ministerial cerró la jornada, en la que muchos de los 50 ministros de Sanidad asistentes dispusieron de dos minutos para hablar de por qué y cómo están actuando en materia de salud y cambio climático.

Por ejemplo, el representante de Vanuatu señaló que el país se enfrenta a un futuro incierto debido al cambio climático, y resaltó su esperanza de que este día de la salud permitiera seguir apoyando a los países de mayor riesgo.

Japón señaló la importancia de reforzar la cobertura sanitaria universal como forma clave de responder a los efectos del cambio climático sobre la salud.

Una declaración
Cabe destacar que en esta COP más de 120 países han firmado la Declaración de los EAU sobre Clima y Salud de la COP28. La declaración se centra en recabar apoyos, impulsar acciones y movilizar fondos para mejorar la resiliencia de los sistemas sanitarios.
Junto con esto, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron un compromiso de financiación “agregada” de 1 000 millones de dólares para reforzar la implantación de actividades climáticas centradas en la salud. Esto lo facilitan organismos como el Fondo Verde para el Clima, el Banco Asiático de Desarrollo y la Fundación Rockefeller.

Sin embargo, apenas se dispone de detalles sobre si este dinero será adicional a los compromisos actuales, se considerará un préstamo o una subvención, o se desviará de otras prioridades sanitarias.

Proteger nuestro planeta, nuestra gente y nuestro futuro
Como dijo el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus, después de clausurar la COP27 sin un debate serio sobre la salud, la atención prestada a este asunto en la COP28 llega con retraso.

Sin duda, la salud es la razón más convincente para tomar medidas contra el cambio climático […]. Durante demasiado tiempo, la salud ha sido una nota a pie de página en los debates sobre el clima.

Pero aunque el día de la salud y otros acontecimientos recientes son alentadores, aún queda mucho por hacer para proteger de forma significativa la salud de las comunidades de todo el mundo.

En particular, la rápida eliminación progresiva de los combustibles fósiles es vital para mitigar los efectos del cambio climático sobre la salud. Y la declaración mundial antes mencionada no establece ningún plan al respecto ni aborda la urgencia de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

El sector sanitario puede y debe contribuir a este esfuerzo dado que es responsable del 4,4 % de las emisiones mundiales de carbono.

Los beneficios para la salud de la acción por el clima superan con creces los costes. Sin una acción intersectorial ambiciosa que tenga en cuenta los problemas sanitarios, la salud y el bienestar humanos seguirán sufriendo. Este es el primer día de la salud en la COP, pero no debe ser el último.

(*) Rebecca Patrick es Academic Convener, Climate CATCH Lab, The University of Melbourne, Deakin University; y Sophie Robinson es Research Assistant and PhD student. Member of Melbourne Climate Futures Academy., The University of Melbourne y Arthur Wyns esHonorary fellow, Melbourne Climate Futures, Melbourne School of Population and Global Health, The University of Melbourne

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