El Louvre celebra a Leonardo da Vinci
Se inauguró en París la exposición Leonardo Da Vinci a 500 años de la muerte del artista. El Hombre de Vitruvio y el Salvator Mundi estarán ausentes.
El 24 de abril abrió en París la monumental exposición de Leonardo Da Vinci que marca el 500º aniversario de la muerte del artista. El dato curioso es que la pintura titulada Salvator Mundi no estará presente y tampoco, técnicamente, la Mona Lisa.
El Louvre es dueño de más Leonardos que ninguna otra institución en el mundo, pero para esta muestra tuvo que pedir muchos prestados. Francia e Italia son rivales en lo que se refiere al legado de Da vinci. El pintor nació en Italia pero murió en Francia. Italia tiene la mayoría de sus primeras obras, pero Francia tiene La Mona Lisa. Además, el gobierno de Italia siente que Francia le roba el escenario en este aniversario del gran renacentista.
Luego de arduas negociaciones entre los ministerios de cultura de ambos países se permitió el traslado del Hombre de Vitruvio, el famoso estudio que hiciera Lonardo sobre las proporciones del cuerpo humano.
A pesar de que esta muestra comenzó a planificarse hace diez años, con negociaciones de muy alto nivel, trueques y ruegos, dos obras importantes estarán ausentes en la muestra.
La primera ausencia es menos seria: la Mona Lisa permanecerá en su galería, en la colección permanente del museo en lugar de ser trasladada a las salas que se usan para las exposiciones temporales Las razones no se conocen con precisión, pero parece que se debe a que la galería donde está el cuadro tiene cabida para 30.000 personas, mientras que la galería de la exposición especial solo permite 7.000. De todos modos, los visitantes tendrán con la Mona Lisa una experiencia de realidad virtual. La versión virtual será mejor que la real porque sus creadores eliminaron las multitudes que rodean el cuadro en cualquier momento del día.
La otra ausencia notable será el Salvator Mundi. El Louvre trató de conseguir en préstamo la pintura más cara del mundo, comprada en 2017 por US$ 450 millones, aparentemente por el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman. Pero no lo consiguió. La pintura ha desaparecido del ojo público desde su compra y algunos expertos dudan que haya sido pintada por Leonardo.
