Los esfuerzos realizados para cumplir con las promesas hechas en París de limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados e idealmente a 1,5º por encima del promedio de los niveles pre-industriales han sido “totalmente inadecuados”, según el Secretario General de las Naciones Unidas.
António Guterres, en declaraciones anteriores a la inauguración de la Cumbre del Clima COP25, advirtió que la tierra está llegando al punto de no retorno. Culpó a los políticos por seguir subsidiando los combustibles fósiles y por negarse a gravar la polución.
En la práctica el punto de no retorno es un umbral más allá del cual una pequeña modificación puede tener efectos irreversibles. Pero no todos comparten la visió apocalíptica “Es bastante improbable el colapso de la capa de hielo de Groenlandia un calentamiento de 1,5º, o llevaría siglo su deshielo, por eso no debería hablarse de punto de no retorno”, dice Piers Forster, profesor de Cambio Climático en la Universidad de Leeds. Pero sí está de acuerdo en que la demora en descarbonizar “puede llevar a la humanidad a un futuro catastrófico”.
Algunos hablan de apocalipsis, otros de catástrofe. El lenguaje cambia pero el mensaje es el mismo.