Lo que sigue es una perspectiva elaborada por la consultora realizada en los primeros días de marzo 2020.
Lo que se sabe del brote
El COVID-19 cruzó un punto de inflexión durante la semana del 24 de febrero 2020. Los casos fuera de China superaron los registrados dentro de China por primera vez, con 54 países registrando casos desde el 29 de febrero. El brote está más concentrado en cuatro complejos de transmisión: China, con centro en Hubei; Asia oriental, con centro en Surcorea y Japón; Oriente medio , con centro en Irán y Europa occidental, con centro en Italia.
En total, los países más afectados representan casi 40% de la economía global. Los movimientos diarios de la gente y el mismo número de las conexiones personales dentro de esos complejos de transmisión hacen que se vuelva poco probable la contención del COVID-19. Y mientras la situación en China se ha estabilizado con la implementación de medidas extraordinarias de salud pública, los casos crecen en otras latitudes, incluida América latina /Brasil), Estados Unidos (California, Oregon y Washington) y África (Argelia y Nigeria). El Centro de Control y Prevención de enfermedades de Estados Unidos tiene la sospecha que el país va a experimentar transmisión comunitaria y hay evidencia de que eso ya podría estar ocurriendo.
Si bien el futuro es incierto, es probable que los países en los cuatro complejos maduros de transmisión vean crecer el número de casos; pueden surgir nuevos complejos. La confianza del consumidor, especialmente en esos lugares, puede erosionarse y podría verse más debilitada todavía por las restricciones a los viajes y las limitaciones a las reuniones masivas. Es muy probable que China se recupere primero, pero el impacto global se sentirá durante mucho más tiempo.
McKinsey calcula una desaceleración global para 2020.
Dos escenarios posibles para el impacto económico y la recuperación y algunas sugerencias y mejores prácticas sobre cómo los empresarios pueden atravesar esta incierta y cambiante situación:
Impacto económico
En el escenario de base, o sea el que se considera más probable, la continuada difusión dentro de los complejos establecidos además de la transmisión comunitaria en nuevos complejos, genera una reducción de 0,3 a 0,7% en el crecimiento del PBI global para 2020. China continúa su camino hacia la recuperación logrando volver a arrancar su economía para mediados del segundo trimestre. Mientras otras geografías experimentan un continuo crecimiento de casos, es probable que se impongan restricciones al movimiento para intentar detener o desacelerar la progresión de la enfermedad. Eso seguramente provocará una aguda reducción en la demanda, que a su vez baja el crecimiento económico durante el segundo trimestre y principios del tercero. La recuperación de la demanda dependerá en la desaceleración del crecimiento de casos, , que se daría en caso de que el brote sea “estacional”, o sea que la transmisión se reduzca en el hemisferio norte por la llegada de la primavera. La demanda también podría reaparecer si la tasa de mortalidad de las enfermedad demuestra ser mucho más baja de lo que se está viendo.
Las regiones que todavía no han visto un rápido crecimiento de casos (como las Américas) pueden ser una sostenida transmisión comunitaria. Pero el mayor conocimiento sobre el COVID-19, más el hecho de tener más tiempo para prepararse, puede ayudar a esos complejos a manejar mejor el crecimiento de casos. Sin embargo, los complejos en países con sistemas de salud menos sólidos podrían asistir a una mayor transmisión comunitaria. La menor demanda podría desacelerar el crecimiento de la economía global entre 1,8 y 2,2$ en lugar de 2,5% que se estimaba a principios de año.
Pandemia y recesión
Este escenario es similar al de la desaceleración global, pero supone que el virus no es estacional ( o sea que no le afecta la primavera en el hemisferio norte). El crecimiento de casos continúa durante todo el segundo y el tercer trimestre, posiblemente supere las posibilidades de los sistemas de salud en todo el mundo descarte una recuperación en la confianza del consumidor hasta el tercer trimestre o más. Este escenario resulta en una recesión, con el crecimiento global en 2020 cayendo a 1,5 – 0,5%-