Esta tendencia genera el fenómeno de la ‘isla de calor urbana’ que acelera la contaminación del aire por la demanda de energía que consumen los edificios.
Con las consiguientes emisiones de gases de efecto invernadero, como subraya la arquitecta Angie Dub, experta en urbanismo sustentable, que destaca algunas soluciones concretas desde la planificación, como las ciudades de 15 minutos, que también pueden aplicarse a edificios urbanos y a urbanizaciones privadas.¿Cuáles son los principales desafíos ambientales que afectan hoy a las ciudades? La arquitecta Angie Dub, titular del estudio DUB ARQUITECTURA y coordinadora académica de la Maestría en Sustentabilidad en la FADU, UBA, señala dos principales problemas:
“El fenómeno del crecimiento de las ciudades es imparable, se prevé que para 2050 dos tercios de la población vivirá en lo que representa solo el 0,5% de la superficie total del planeta.
Este fenómeno genera el primer problema, la “Isla urbana de calor”, que se produce por el calor que generan las actividades humanas en los centros urbanos -los autos, sistemas de aire acondicionado, etc- sumado a que la construcción elimina terreno absorbente de la superficie, reemplazando vegetación por otros materiales como asfalto y que además de no absorber calor, lo reflejan.
Para tener una dimensión en números, la distancia entre el centro porteño y Ezeiza es de menos de 38 kilómetros, pero puede haber hasta 4,5 grados de diferencia térmica entre ambos sitios. El problema del calor urbano se acelera por el llamado efecto invernadero, producido por las emisiones de gases de carbono a la atmósfera.
El segundo problema es la demanda creciente de energía, que genera un círculo vicioso con el fenómeno de la isla de calor: se construyen edificios que no dejan absorber el calor, y que además consumen más energía por lo que eleva la temperatura y genera más calor a los habitantes, quienes van a necesitar más energía para acondicionar sus espacios, con equipos que generan más emisiones. Por ello las grandes ciudades son responsables del 70% del consumo de energía y del 75% de las emisiones de carbono, según la ONU”.
¿Cuáles son las soluciones que están siendo exitosas desde la gestión pública para lograr ciudades más sustentables? Para Angie Dub, “En cuanto a las tendencias más importantes en urbanismo sustentable, una de las claves es el sistema de transporte eficiente, ya que provoca una cuarta parte de los gases que producen el cambio climático.
La movilidad es clave y las ciudades deben tender a la descentralización y a la vez estar bien conectadas. También ser lo más peatonales posibles y en ese sentido apuntan las ciudades de los 15 minutos, con ejemplos destacables como París y Londres, que tienden a ser una conjunción de pequeños centros.
Podemos también mencionar la instalación de corredores verdes que sirven para la absorción de lluvias. El fenómeno de la expansión de las ciudades debe estar muy consciente por quienes tienen la responsabilidad de legislar los códigos de Planeamiento y Edificación. Sin embargo, en las nuevas normativas de la ciudad de Buenos Aires se perdieron algunas oportunidades por no dimensionar el valor ambiental en variables como el sol y la energía en relación a las proporciones de vidrio de fachada, o el recurso de las terrazas verdes.
Los centros urbanos deben responder al clima local con calles angostas cuando hay mucho sol y se necesita sombra, como puede verse por ejemplo en el sur de España. Pensemos que en Buenos Aires tomando la temperatura del mismo departamento en un 2do piso y en el 20 puede llegar a haber una diferencia de temperatura interior de 15ºC. En climas templados suele no darse tanta importancia a las variables climáticas como en las ciudades frías, donde es clave el estudio del acceso al sol y sus normativas, como sucede en Ushuaia”.
¿Qué pueden hacer concretamente los empresarios privados por las ciudades sustentables? “Más allá de la planificación urbana desde la gestión pública, también los desarrolladores privados pueden aportar soluciones sostenibles. Los grandes conjuntos de vivienda y las urbanizaciones privadas en contextos suburbanos son un mar de oportunidades, porque se pueden manejar muchas variables: desde la generación y el uso de energía y otros recursos como el agua, el transporte, el porcentaje de terreno absorbente, la distancia entre casas y las volumetrías según manuales de buenas prácticas”.
“Un buen ejemplo es Puertos de Escobar, donde tienen un sistema de certificación de casas y se hace una evaluación y según el puntaje se puede pagar menos en impuestos. Desde DUB Arquitectura participamos en la asesoría del Plan Estratégico Territorial de la Cuenca Matanza Riachuelo, donde uno de los proyectos implicaba la construcción de 4.000 viviendas en Avellaneda, provincia de Buenos Aires”.
“Se propuso la consolidación de una pieza urbana clave para la recuperación ambiental y social de 2 km de frente ribereño. También trabajamos en el plan de un Parque Tecnológico en Junín de los Andes, donde se desarrolló un proyecto de trabajo y vivienda en relación a la naturaleza, con edificios que responden a las condiciones climáticas locales”.