Por primera vez el estado noruego está prestando oídos a las voces cada vez más fuertes que se levantan contra la enorme cantidad de cruceros de gran porte que amarran en sus puertos.
El gobierno local de Bergen, el destino más visitado por los cruceros, está pidiendo al estado nacional permiso para limitar el número de barcos a tres por día. Es un esfuerzo por controlar las hordas de turistas que inundan la pequeña ciudad todos los días. Los locales se quejan de las inmensas multitudes de visitantes que bajan de los cruceros, que pueden terminar dañando la reputación de Bergen como destino turístico, dicen
Los cruceros más grandes tienen cabida para varios miles de pasajeros más la tripulación. La gran mayoría de todos ellos bajan al histórico muelle de Bergen y visitan su funicular y sus sitios más pintorescos. Pero es demasiada gente, y además la llegada de los barcos es incesante.
La cadena nacional de televisión noruega informó el miércoles que los funcionarios de la ciudad están decididos a proponer un límite de o tres barcos por día o que la cantidad de pasajeros que bajen no supere los 8.000.
Bergen no es el único puerto que sufre el ingreso de cruceros. Los residentes de Stavanger se quejan de que sus pintorescos e históricos alrededores quedan ocultos tras las enormes moles de los transatlánticos que amarran en el muelle día tras día.
En Oslo también hay muchas protestas por los grandes barcos que dominan el puerto, bloquean las vistas y empequeñecen el histórico fuerte de la ciudad. Muchos de los barcos que atracan junto a ese monumento lo doblan en tamaño y le tapan las vistas desde que llegan por la mañana hasta que zarpan en el atardecer.
