Uno de los trabajos dice que los incentivos financieros para plantar árboles pueden ser contraproducentes y reducir la biodiversidad con poco impacto sobre las emisiones de dióxido de carbono. Otro estudio descubrió que la cantidad de carbono que los bosques nuevos pueden absorber podría estar sobre estimada. El mensaje fundamental de ambos trabajos es que plantar árboles no es una solución sencilla para el problema del clima.
En los últimos años se impuso la idea de plantar árboles como una solución económica y de alto impacto al cambio climático. Estudios anteriores indicaban que los árboles tienen un enorme potencial para chupar y almacenar dióxido de carbono y muchos países pusieron en marcha campañas para plantar árboles como elemento fundamental en sus planes para combatir el cambio climático.
Pero los científicos piden cautela.. Las mayoría de los compromisos implican plantaciones de monoculturas o una mezcla muy limitada de árboles que brindan productos específicos, como goma o frutas. Los autores de uno de estos os últimos estudios analizaron los incentivos financieros dados a los dueños de la tierra donde se plantan árboles. Esos pagos son considerados un elemento central para el aumento de árboles en el planeta.
El estudio tomó el ejemplo de Chile donde hubo desde 1974 a 2012 un decreto que subsidiaba la plantación de árboles y era considerado por el mundo como una buena política de forestación. Si bien no era para aplicar a bosques existentes, , una aplicación muy laxa significó que muchos terratenientes reemplazaron bosques con nuevas plantaciones de árboles, mucho más rentables.
El estudio descubrió que la plan de subsidios amplió el área cubierta por árboles pero disminuyó la zona de bosques naturales. Los autores señalan que como los bosques naturales de Chile son ricos en biodiversidad y almacenan grandes cantidades de carbono el plan de subsidios no logró aumentar el almacenaje de carbono y aceleró la pérdida de biodiversidad.