Lingüísticamente es una palabra nueva porque solo tiene 150 años de vida. Nació en Boston, en el siglo 19.No se inventó a propósito. Solo fue un chiste editorial que, sin querer, se viralizó. Parece que entonces, aunque sin Internet, las cosas también se viralizaban.
La cosa comenzó en el Boston Morning Post, en la oficina de Charles Gordon Greene. Corría el año 1839 y entre la gente de diarios y revistas se habían puesto de moda las abreviaturas. La primera sigla para “todo bien” fracasó: era OW, por “Oll Korrect,” impreso en un artículo satírico sobre gramática. Los orígenes se revelaron recién en los años 60 cuando el etimólogo Allen Read comenzó a hurgar—había versiones que decían que la palabra venía de Europa, o que era un sinónimo de galletita que venía de los tiempos de la Guerra Civil o una abreviatura para el término telegráfico Open Key. Otros pensaban que el presiente Martin Van Buren lo había inventado en su campaña presidencial que usó el slogan “Vote por OK” en referencia a su pueblo de origen y su sobre nombre, Old Kinderhook. Pero lo único que hizo Van Buren fue popularizar el término. Read descubrió todo eso, no lo inventó. Lo que él mostró fue cómo, poquito a poco, OK se comenzó a difundir por todo Estados Unidos, el mundo y la luna.
Sin embargo hay puristas que insisten en que la palabra tiene un origen más antiguo.