El concepto de desinformación no es nuevo. La manipulación de noticias ha sido parte de la historia casi a la par de la existencia de los medios. Sin embargo, con el avance de las nuevas tecnologías y el alcance global que tienen las redes sociales, mutó a lo que hoy se conoce como “fake news”, o sea, noticias falsas.
Hoy, cualquiera que tenga acceso a Internet, puede crear, difundir y viralizar noticias de fuentes dudosas y mal intencionadas. La Web cambió las reglas del juego de la comunicación e información fidedigna. Las noticias, datos, fotos y enlaces que se comparten a través de las redes sociales contribuyen a moldear las opiniones de los usuarios. Para algunos públicos, las redes son hoy la única fuente de información que consumen. Es por esto que son más influenciados por ellas que por las noticias que emite la prensa.
A diferencia de los medios tradicionales, los nuevos canales de comunicación no requieren contrastar contenido. Esto hace que la información que llega a miles de personas en tiempo récord no siempre sea veraz. Además, esos mensajes suelen ser compartidos entre familiares, amigos o conocidos, con lo cual las personas tienden a darle más credibilidad. Lo cierto es que son muy pocos los que investigan el origen de la información que reciben o contrastan fuentes antes de volver a difundirlos.
UNESCO advirtió que, en general, las personas no están preparadas ni poseen las herramientas necesarias para hacer frente a la desinformación y a las campañas de noticias falsas. El organismo internacional propone el trabajo en las escuelas como medida de precaución temprana. La pregunta es: ¿cómo preparar a las diferentes generaciones para las redes sociales?
Es hora de estar en alerta, la información falsa es moneda corriente en todas las redes sociales. Es por eso que es útil seguir estos consejos para evitar ser la próxima víctima:
- Contrastar fuentes. Si recibes una noticia o una captura de pantalla donde no queda claro quién es el autor, desconfía. Ahora bien, una fuente de por sí tampoco es garantía de nada. Por eso es importante revisar los portales oficiales para corroborar la información. Por ejemplo, si recibes una impresión de pantalla de un tweet, dirígete a la cuenta de oficial de esa persona para verificarlo.
- Verificar que la URL sea real. Muchas veces la URL parece ser de una página web fiable pero no es así. A veces, la dirección falsa contiene una vocal de más o una consonante de menos para confundir al usuario distraído. Es por ello es que se recomienda hacer clic en el artículo para ver que es una página web real.
- Evitar quedarse sólo con el titular de la información. Es habitual encontrar titulares diseñados para causar impacto a primera vista. Es importante leer el artículo para corroborar que la información que contiene es coherente, antes de compartir la noticia.
- Identificar faltas de ortografía. Otra prueba es prestar atención a cómo está escrita la noticia. Si es información real, no debería tener faltas de ortografía, gramática, incoherencias o párrafos en mayúscula.
- Dudar de los perfiles con seudónimos. Hay muchos perfiles falsos en redes sociales creados para compartir y viralizar información desvirtuada. Es recomendable desconfiar de aquellos perfiles con pseudónimos, con pocos seguidores o que fueron recientemente creados. Al encontrar un perfil falso se puede denunciarlo, para que la misma red social lo investigue y lo dé de baja. De esta manera sea evita que otras personas sean engañadas.
- Revisar las imágenes. Cualquier imagen puede ser manipulada por programas de edición. No hay que ser muy experto en el tema para modificar y hasta componer una foto que transmita el mensaje que deseamos. Es necesario tomarse unos minutos para buscar el origen de esa foto, si fue tomada en otro contexto o si ya fue utilizada en otro momento. Para esto, se puede hacer una búsqueda por imagen en Google. Al cliquear en el ícono de la cámara de fotos del buscador se puede añadir la URL de la imagen o subir la foto para descubrir su fuente original.
- La fecha de publicación es importante. El contexto sirve para decidir si una noticia es o no falsa. Lo que hoy se publica como verdad, en unos años podría desmentirse. Si se publicó hace tiempo atrás o directamente no aparece el dato de la fecha, es sospechoso.
- Dejar las ideas e ideología de lado. Que una noticia sea afín a nuestras ideas o ideología no significa que sea cierta. Del mismo modo, si leemos un artículo sobre algo con lo que no estamos de acuerdo, no tiene por qué ser falso.
- Validar la información, aunque provenga de amigo o familiar. Muchas veces, recibimos noticias a través de familiares, amigos o conocidos y damos por sentado que es real. Sin embargo, ellos también pueden haber sido víctimas de una campaña de desinformación. Es importante corroborar datos antes de continuar su distribución.
Para no caer en las garras de las noticias falsas es necesario ser críticos y usar el sentido común. Antes de compartir una noticia, tené en cuenta las indicaciones y sé parte de aquellos que defienden la verdad.
Fuente: VU Security