De acuerdo a estimaciones propias, el 80% de las exportaciones totales de granos y principales derivados industriales del año, estimadas en US$ 37,3 mil millones, se habrían completado al cabo de agosto, quedando sólo un 20% para lo que resta del año.
Los envíos -explica el último informe del IERAL de la –Fundación Mediterránea-, se ubicaron en US$ 2,9 mil millones mensuales en el primer cuatrimestre, en US$ 3,8 mil millones en el segundo y se estarían aproximando a US$ 2,5 mil millones en el tercer y último cuatrimestre. Nótese que, entre el segundo y el tercer cuatrimestre, se estaría produciendo un recorte mensual promedio de US$ 1,3 mil millones.
El recorte estacional en las exportaciones agroindustriales implica perder en los próximos meses entre el 15% y 20% de las exportaciones totales, que pasarían a ubicarse (ceteris paribus el resto de envíos) más cerca de los US$ 6 mil millones que de los US$ 7 mil millones, una cifra que deja muy a tiro a las importaciones (US$ 5,8 mil millones) y que por tanto implica perder el importante superávit comercial que se había logrado acumular gracias a precios internacionales extraordinarios de commodities y una finalmente buena campaña agrícola.
Respecto a los cultivos de verano del ciclo 2021/22 (soja, maíz), que serán muy importantes en términos de ingresos y divisas en el año entrante, si se atiene a los fundamentos económicos, particularmente precios relativos actuales y esperados de granos, todo indica que el área sembrada no debería disminuir y hasta podría incrementarse respecto de la campaña previa, lo que puede significar bajo condiciones climáticas normales un muy buen volumen de producción