La realidad es que los contagios de Covid 19 se están propagando rápidamente por las ciudades y saturan el sistema de salud.
El último brote ha puesto punto final a la vida normal en muchas ciudades, apenas pocas semanas después de que el gobierno central abandonara su política de Covid-cero, con cuarentenas y tests masivos.
Todavía las autoridades en Beijing no han comunicado cifras de muertos, pero las casas mortuorias están cremando más cuerpos de lo normal y se ven muchas bolsas negras junto a los hospitales destinados a atender pacientes con Covid.
Chongqing se convirtió en la primera ciudad en permitir que personas con síntomas leves de Covid van al trabajo como siempre. Una señal de que el país se prepara para una transición de vivir con el virus.
Los brotes también están provocando gran disrupción en el mundo empresarial. Hay muchos empleados con licencia por enfermedad y eso provoca cierres de fábricas y escasez de camioneros.
Las compañías no han recibido directivas sobre cómo manejar el repentino aumento de casos después de haber operado durante mucho tiempo bajo estrictos lineamientos estipulados por los gobiernos locales. Algunas aflojan todos los controles o aíslan al personal contagiado para mantener las operaciones.
Las fábricas tienen un problema adicional: hay 290 millones de trabajadores migrantes que viajan a sus hogares para el nuevo año lunar, lo que podría convertirse en un gigantesco contagio. Las disrupciones en las fábricas de microchips podrían afectar a la economía gobal por las consiguientes faltantes para la industria automotriz y tecnológica.