96% de las madres embarazadas piensan volver al trabajo después del nacimiento. Pero la transición se anuncia con algunos problemas. 42% de esas madres embarazadas cree que sus empleadores las van a considerar menos comprometidas con el trabajo ahora que tienen un hijo y 39% cree que sus jefes piensan que le conviene cambiar de trabajo.
Lo anterior son “percepciones”. No hay nada que demuestre que esas van a ser las actitudes que adopten las empresas. Pero evidentemente las empleadas deben sentirlo si están dispuestas a aceptar otro trabajo que les pague menos pero que les permita más flexibilidad horaria para dedicar a la familia. Un trabajo donde no se sientan culpables por tener un hijo.
Otra encuesta revela que padres y madres con hijos sienten que no pueden hablar sinceramente con sus supervisores sobre responsabilidades familiares por temor al despido. Otra descubre muchos padres sobrecargados que están convencidos que a la empresa no le preocupa.