Según investigaciones recientes de encuestas entre empleados que trabajan remotamente durante la pandemia, las personas extrañan a sus colegas pero también están cansadas de estar en permanente contacto… con sus colegas.
“Tal vez lo que extrañan son los modos específicos de conversar que requieren comunicación no verbal y los encuenstros espontáneos”, escribe Lila Maclellan en Quartz.El bromear es un ejemplo de comunicación que ha desaparecido en estos tiempos de reclusión laboral.
Dachner Keltner, profesor de psicología en la Universidad de California, Berkeley, explica que en las conversaciones corrientes “las personas usan lenguaje exagerado muchas veces para dar a entender que no quieren decir lo que están diciendo”.
Los chismes pueden tener su lado cruel, sin duda, pero en general son inofensivos y a veces aportan información útil. Hoy, no solamente circulan menos chismes en forma remota sino que los canales están congelados por el miedo.
La escucha de conversaciones de terceros pueden permitir que aquellos que tienen menos status laboral se enteren, hasta cierto punto, de lo que dicen los poderosos y aportan así información para usar con sus superiores. Pero hoy, con todo el rastreo de lo que se teclea que permite la tecnología esa posibilidad le queda a los que ya tienen poder.